Es "la gota que colma la paciencia de la oposición de izquierdas". Así definen los grupos municipales de la CUP, ERC-MES y Terrassa en Comú la decisión del gobierno municipal de no instalar una carpa para la prevención y atención en caso de agresión machista en el centro de la ciudad, tal como aprobó por unanimidad el pleno de mayo, y sustituirla por la garita policial del atrio del Ayuntamiento. Junto a la carpa, el pleno acordó que el programa de Festa Major publicaría las nuevas medidas de prevención frente a agresiones sexuales y que los "puntos lila" -el del Raval y también en del Jove- se publicitarían en la web de la concejalía de Políticas de Género, cosa que tampoco ha ocurrido, denuncian.
"El equipo de gobierno no está asumiendo su responsabilidad en la lucha feminista y se limita a ir a remolque" de las propuestas de los colectivos feministas y los partidos de izquierdas, comentó ayer la concejal de TeC Anna Rius.
La edil compareció en rueda de prensa junto a Teresa Ciurana, de ERC-MES, y de Ander Zurmendi, de la CUP, para denunciar lo que consideran un "incumplimiento evidente" de un acuerdo de pleno. Las medidas, además, se pactaron como "un mal menor" ante el incumplimiento en la creación del Protocolo de Agresiones aprobado en febrero, a propuesta de los colectivos feministas de Terrassa y también sigue pendiente.
Pragmatismo
Desde la CUP, Ander Zurmendi recordó ayer que la izquierda actuó "con pragmatismo" en mayo, proponiendo un paquete de medias, entre ellas la segunda carpa en el centro de la ciudad. La caseta "tendría un coste de 4 mil euros", afirma. La respuesta del gobierno ha sido "intentar colarnos una garita policial como si fuera un nuevo stand".
ERC-MES considera "un contrasentido" que Terrassa haya sido declarada "Ciudad Feminista" y no se cumplan los acuerdos de pleno. "No sólo es que falten recursos económicos -dice-, es que también falta voluntad política". Porque si no, insiste, "todo queda en un postureo".