Terrassa

“Me apetecía abordar el teatro con una mirada de 360 grados” 

El actor Pere Arquillué, de Terrassa, se enfrenta a un nuevo reto, el de la dirección teatral, que ya avanzó a este diario hace algún tiempo. Arquillué firma la dirección de "Audiència " y "Vernissatge", dos piezas del dramaturgo y también político y escritor Václav Havel, que ahondan en la crítica social y política sobre el individuo. El debutante director habla en esta entrevista sobre el proyecto y sus sensaciones de estar detrás del telón. La obra se estrena hoy en La Villarroel de Barcelona.

¿Cómo han sido las últimas horas previas a su estreno como director teatral?
Un proyecto nuevo siempre genera inquietud pero, en esta ocasión, tiene matices diferentes. Digamos que los nervios que tengo como actor no son los mismos que como director. Me envuelve una sensación extraña a pesar de que todo el trabajo previo con el equipo artístico ha ido fenomenal.

Debuta con dos piezas teatrales breves de Vàclav Havel, "Audiència" y "Vernissatge", en La Villarroel. ¿Por qué este autor?
Cuando leía textos para afrontar esta primera labor en la dirección, no pensaba que hoy día tendrían tanto valor, debido al contexto social y político de nuestro país. Son obras de crítica social con mucho sentido de humor aunque muy salvaje. Dan juego teatral por la temática, por el lenguaje tan cuidado, por el tratamiento que hace el autor checo. Estos tres aspectos, la cuestión social y política, el humor directo y la buena escritura, componen un juego muy atractivo en el que me siento a gusto. Y, además, como es producción a iniciativa particular me he rodeado del equipo que deseaba. Está interpretada por Joan Carreras, Rosa Gàmiz y Josep Julien, que son tres intérpretes de primera y con los que tengo mucha confianza y después está Max Glaenzel que firma la escenografía. Y, bueno, no quiero dejarme a nadie. Pero todo la gente que me ha acompañado en este trayecto ha sido que sea más fácil de lo esperado; un placer.

¿Se había estrenado alguna vez en Catalunya?
Creo que hacia 1997 o 1998 subió alguna pieza al escenario con el actor Josep Minguell y también se han representado por separado. Havel, más conocido porque fue último presidente de Checoslovaquia y el primero de la República Checa, es un dramaturgo muy potente y muy representado en su país. Allí es un referente absoluto y también lo es en Europa como autor teatral, filósofo y político. Su pensamiento sobre Europa es muy interesante y de rabiosa actualidad. A mi me recuerda al político socialista Pasqual Maragall, que fue presidente de la Generalitat y ex alcalde de Barcelona.

¿Y el mensaje de Havel como nos llegará en el escenario?
En "Audiència", los protagonistas son un maestro cervecero y un escritor marginado por la cultura oficial. El cervecero se halla en una situación comprometida ya que la policía secreta le pide que informe regularmente sobre el comportamiento del literato. En "Vernissatge", una pareja se erige como modelo que hace ostentación de su vida feliz, moderna y exitosa y que puede criticar a todo el mundo, entre estos a su amigo Vaneck.

¿Qué personaje le gustaría interpretar si traspasara la dirección a otra persona?
El del cervecero en "Audiència" y el del amigo intelectual, Vaneck, en "Vernissatge ". Quizás algún día… Ahora lo que he tenido que hacer es una mirada global., de 360 grados. Son textos que leí una tarde de verano, en la que sonaba Bach y me conmovieron. El deseo es que despierten sensaciones entre el público y que las puedan compartir con nosotros. Pero está claro que yo, de entrada, ya he disfrutado mucho.

Hace un tiempo avanzó a este diario que quería probar el trabajo en la dirección. ¿Por qué ahora?
Es una situación que ha llegado de manera natural y no forzada. Tenía y tengo curiosidad por estar detrás del telón. He cumplido los 50 años y creo que tengo un bagaje como actor que me permitía explorar otra mirada teatral. Ahora ya he hecho un camino, tengo la mochila cargada pero no cerrada. También es verdad que hay que buscar estímulos nuevos aunque yo tengo claro que mi preferencia es ser actor.

¿Qué ha aprendido?
Siempre se aprende y te enriqueces. He leído mucho, he releído libros que tenía en la estantería, he refrescado notas…

A los actores les gusta tener un director que les mime. ¿Cómo ha actuado usted?
Sin presiones porque a mi me gusta hacer bien mi trabajo pero disfrutando al máximo. Y esa actitud es la que he intentado tener desde el primer día y no imponer ni estrés ni prisas.

¿Volverá a dirigir?
Sí, seguro, aunque no se cuándo. Y lo más probable es que sea una cosa totalmente distinta. Igual es un clásico que una comedia. Como actor soy muy ecléctico. Hago comedia, drama, tragedia, monólogo… Es bueno porque siempre aprendes y te da mucho juego. Pero, de momento, y por fortuna, tengo un proyecto muy interesante a la vista. El Teatre Lliure recupera la celebrada "Àngels a Amèrica" que se estrenó en el Teatre Nacional con dirección de Josep Maria Flotats. Yo participé en aquella obra épica americana de finales del siglo XX. El Lliure hará la primera y la segunda parte, con dirección de David Selvas, y yo participo en las dos. Estoy muy ilusionado.

Su debut como director teatral y con un texto de crítica social y política coincide en una nueva etapa en los gobiernos de Catalunya y el Estado español ¿El sector de la cultura está más esperanzado?
La cultura es la primera en recibir el golpe y la última en ayudar a que se recupere. Parece que las aguas se han renovado para mejor pero no te puedes fiar. Para mí, la cultura es una herramienta privilegiada de la que no se puede prescindir.

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