En la soledad de la celda, Rull dedica un tiempo casi a diario a leer y dar respuesta al alud de cartas que llegan desde Terrassa. Más de doscientas por semana, asegura, "y no solo para mí, también para el resto de políticos, que alucinan con la intensa movilización de los terrassenses, a los que agradezco mucho el apoyo". Los días "muy productivos" responde una media de 14 cartas, otros sólo 6 o 7. "Las más intensas o emotivas, las reservo para el momento adecuado".
En la celda, las misivas se acumulaban, de manera que la solución ha sido "hacer paquetes, guardarlos y esperar la visita de Meritxell para que se las lleve a casa. Aprovecho siempre que viene en grupo para aliviar la carga".
En medio de tanta solidaridad, Rull ha echado en falta un gesto personal del gobierno municipal y, en particular, del alcalde Alfredo Vega. "No me ha enviado ninguna carta ni me ha visitado", dice sin acritud, aunque decepcionado. Como otros ciudadanos, Vega "me envía su apoyo a través de Meritxell". Esperaba un gesto más directo y personal que no ha llegado, "probablemente por miedo de la interpretación que haga su partido. Supongo que en el PSC hay tensión si va más allá de enviar apoyos a través de mi esposa".
Desde Estremera, Rull sigue de cerca la actualidad política en Terrassa. Prefiere no especular sobre el escenario que abre la posible candidatura independiente de Jordi Ballart a las municipales de 2009, pero no pierde la oportunidad de elogiar la marcha del ex alcalde del Ayuntamiento y del PSC. "Fue una decisión digna. Su candidatura hace que determinadas visiones del PSC deban revisarse y pone en entredicho la labor del socialismo en Terrassa". A la pregunta de si se plantea volver a la política local y a aspirar a la alcaldía responde con un no rotundo y una sonrisa. "No volveré a presentarme. La política municipal ha quedado atrás. Lo pasé muy bien y aprendí mucho, pero no".
