Mañana se pone en marcha la posibilidad de realizar paradas intermedias en el Bus de Nit. Esto es, que los usuarios de ese servicio podrán solicitar que el autobús se detenga durante cualquier punto del recorrido. En realidad no podrá ser cualquier usuario, sino las mujeres, los menores de 16 años, las personas mayores y los pasajeros en situación de discapacidad.
La medida, que se aplica a modo de prueba piloto, llega al servicio de transporte urbano terrassense como consecuencia de una propuesta realizada por la CUP. Digamos que se inspira en esa propuesta, aunque ha sido corregida y aumentada. El contenido de la iniciativa de la CUP se refería únicamente a mujeres. Se trataba de una propuesta que pretendía, y así lo reivindicó ayer esa formación, de prevenir posibles agresiones sexuales sobre las mujeres, pero en realidad, la esencia se ceñía en la necesidad de dar visibilidad a una problemática muy concreta genérica. Es por ello que los promotores de la idea en Terrassa, que hicieron suya la que surgió en Bilbao, no están de acuerdo con que se haya ampliado la posibilidad de realizar paradas intermedias a otros colectivos.
La cuestión no es menor. La idea se centra única y exclusivamente en las mujeres y surgió en un momento en el que existe una corriente de opinión mundial en torno a un tema extraordinariamente sensible y que provoca el día 8 de marzo en España la movilización feminista más importante que se ha producido en Europa. La esencia, tal como dice la CUP, es dar visibilidad a este problema y por eso, la exclusividad de la utilización de este nuevo servicio por parte de las mujeres pone el foco precisamente en esa vulnerabilidad y en la necesidad de reforzar el estado de opinión que genera la campaña "MeToo".
Es cierto, por tanto, que si ese es el objetivo, la incorporación de otros colectivos quita a la mujer del foco y, por lo tanto, se diluye el propósito. Pero no podemos negar que se crea un problema moral si, existiendo la posibilidad, no se incluye a otros colectivos también vulnerables como los mayores, personas con discapacidad o jóvenes menores de dieciséis años.
Al margen de la cuestión conceptual está la parte técnica. Habrá que ver en estos meses, si es operativa la medida si tenemos en cuenta que esos colectivos son los usuarios habituales del servicio de autobús.