El Terrassa FC aún está en estado de shock por el impacto que se ha producido en todos los estamentos de la entidad tras la eliminación en la segunda eliminatoria de la promoción de ascenso a Segunda División “B”. La decepción se ha apoderado de un club donde todo el mundo daba por hecha la presencia en la final del “play off” y se dibujaban ya escenarios de futuro basados en una estancia en Segunda División “B”. La alteración de esos planes ha variado una planificación deportiva y económica que se debe replantear ahora bajo unas condiciones que se deben fijar en el transcurso de los próximos días. Aunque sobre el futuro planean más incógnitas de las que se vislumbran de forma pública.
Jordi Cuesta, presidente del Terrassa FC, ha sufrido su mayor decepción desde que adquirió la propiedad de la sociedad anónima. Era plenamente optimista en relación a las posibilidades del equipo y en sus círculos más íntimos ha admitido que sus planes se han visto seriamente alterados, sobre todo en el capítulo económico. Cuesta tiene previsto hablar durante estos días con sus colaboradores más estrechos en el consejo de administración para evaluar los pasos a dar en las próximas semanas. Aunque el presidente dijo hace unas semanas que contemplaba una ampliación del presupuesto del primer equipo, ninguna decisión es descartable en estos momentos en ese capítulo.
Escenarios de futuro
Cuesta no sólo anda afectado por la decepción deportiva, sino por la dureza de algunas críticas que se han producido en las redes sociales hacia su gestión y hacia el rendimiento de los jugadores. Las considera desmesuradas e injustas.
Pese a su decepción, no parece probable que Cuesta interrumpa su trayectoria al frente de la entidad. Él ha reiterado que su proyecto tenía una duración de cuatro años, aunque las características del próximo están por definir. De momento, el presidente del Terrassa mantiene la prudencia a la hora de hacer valoraciones y no se pronuncia en relación a las acciones a tomar de forma inmediata.
En el capítulo deportivo, también se ha abierto un período de reflexión. Tras el regreso de Santiago de Compostela, la actividad del primer equipo ha quedado interrumpida. La plantilla ya ha iniciado sus vacaciones con distintos temas abiertos, pero que se abordarán a partir de la próxima semana. El sábado está prevista una cena para despedir la temporada y posteriormente se resolverán los asuntos pendientes con los futbolistas, por ejemplo, que aún no saben si seguirán o no en el club. Actualmente queda por definir si habrá oferta de renovación para siete jugadores.
En ese apartado, cobra especial protagonismo el papel que vaya a jugar Cristian García, entrenador del primer equipo y responsable de la dirección deportiva. Es sabido que el técnico cerró su renovación hace algún tiempo y que ha tomado ya un buen número de decisiones sobre la confección de la plantilla. Pero el futuro de Cristian en el banquillo del Terrassa plantea, a día de hoy, algunas incógnitas que, en principio, no deberían alterar los planes iniciales.
Cristian está pendiente de conocer los planes del consejo de administración en el transcurso de una reunión que se llevará a cabo en las próximas horas. En la misma, deberían quedar definidas las aspiraciones del equipo en base a la apuesta económica que se lleve a cabo. El técnico conoce la exigencia del banquillo del Terrassa y quiere que la línea en ese sentido esté muy clara. Si se asume un papel de favoritos, deberá ser con la consiguiente apuesta económica para potenciar el equipo con futbolistas que le permitan dar un salto de calidad.
Cristian trabaja con una carpeta de cinco o seis fichajes de primer nivel con el fin de completar una plantilla de plenas garantías. Algunas de esas incorporaciones estarían ya prácticamente cerradas, a falta de firma. Por tanto, el futuro del entrenador no parece pasar por otra realidad que no sea la del Terrassa, pero siempre que las directrices al respecto no se vean alteradas después de la decepción que ha producido la eliminación en la fase de ascenso. La próxima semana, por tanto, se presume decisiva para desvelar todas las incógnitas actuales.