Actuaban en Terrassa, luego en otra ciudad, en itinerancia continua. Espiaban a clientes de supermercados y centros comerciales, sobre todo a personas mayores, y memorizaban el PIN de sus tarjetas, para luego seguirlas, robar las tarjetas y sacar dinero. Los Mossos d´Esquadra seguían los pasos a varios de estos ladrones y estafadores y han cazado a dos, a una pareja a la que se atribuyen tres hechos delictivos cometidos en Terrassa y uno en el Vendrell. Son rumanos.
El 5 de mayo, Diari de Terrassa publicó un reportaje sobre esta práctica de rapiña tan en boga que sólo en la ciudad se habían registrado hasta entonces, como mínimo, un caso cada mes en los últimos cinco meses. De esos cinco hechos, tres estaban resueltos, aunque los mossos aún no habían podido detener a los ladrones. Lo hicieron unos días después, el 31 de mayo, en Vilafortuny.
A esa población de Tarragona condujeron las pesquisas llevadas a cabo por la unidad de investigación de los mossos en Terrassa. Dice la policía autonómica que la pareja investigada formaba parte de un grupo criminal organizado que se había especializado en efectuar estafas mediante tarjetas de crédito previamente sustraídas. Tenían “una gran movilidad en todo el territorio español”. Los mossos afirman que las indagaciones, exhaustivas, permitieron la identificación de tres sospechosos y resolver tres robos en Terrassa y uno perpetrado en el Vendrell.
Los agentes hilvanaron indicios e intercambiaron información con otros cuerpos policiales, habida cuenta de la movilidad de la banda. Los ladrones estafadores, todo en uno, actuaban siempre igual: buscaban víctimas en el interior de establecimientos y las escogían mientras hacían cola para pagar. Las vigilaban con disimulo y se las ingeniaban para memorizar el PIN de la tarjeta cuando formalizaban el pago con ese método.
Luego las seguían hasta que hallaban el momento propicio para abordarlas. Cualquier excusa era óptima para el acercamiento: preguntar por una dirección o por el mejor camino para llegar a la autopista. Y en el momento preciso, robaban la cartera o el monedero, con violencia o sin ella, de un tirón o con la maña de los carteristas.
Una vez con la tarjeta en su poder, los delincuentes sacaban dinero en cajeros automáticos, se gastaban un dineral en compras o solicitaban préstamos bancarios.
Lo mismo “trabajaban” en Terrassa que se trasladaban al día siguiente a otro sitio. Elegían, por supuesto, los supermercados o los centros comerciales donde disponían de mejores condiciones para ejecutar sus golpes.
Aquí había más espacio para el disimulo, allí la posibilidad de una escapatoria idónea. La banda actuaba por toda España, organizada como grupo criminal. “Sus miembros no tienen domicilio conocido, lo cual les permite una amplia movilidad por todo el territorio nacional”, dicen los mossos. Los delincuentes se desplazaban sobre todo en vehículos de alquiler.
En un hotel
La investigación activada en Terrassa dirigió los pasos de los mossos hacia el Sur de Catalunya. Los agentes supieron que el grupo estaba desplegando sus estratagemas en los alrededores de Cambrils y allí se trasladaron.
Con la colaboración de la unidad de investigación de Reus, detuvieron a los dos sospechosos en un hotel de Vilafortuny. Los detenidos son un hombre de 30 años y una mujer de 29, ambos rumanos y, queda dicho, sin domicilio conocido. No tienen más arraigo que la consecución de dinero ajeno. Los arrestados están acusados de delitos de pertenencia a grupo criminal, estafas bancarias y hurtos. El 1 de junio pasaron a disposición del juzgado de guardia de Reus, que los dejó en libertad con cargos. La investigación sigue abierta.