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Impactados por un golpe inesperado

Los distintos estamentos del Terrassa FC andaban ayer aún consternados por el enorme impacto de la eliminación sufrida el domingo en el campo del Compostela. La derrota, por inesperada, cambió los planes de este final de temporada precipitado cuando todo el mundo esperaba prolongar aún dos semanas más la competición y encontrarse con el premio del ascenso a Segunda "B". De planificar la tercera eliminatoria se ha pasado a abrir las últimas carpetas que quedan por concretar en la construcción del proyecto 2018-19, el cuarto de Jordi Cuesta como presidente y que podría ser el último atendiendo a su idea inicial cuando se hizo cargo de la entidad. "Estoy sin palabras", señaló el presidente del Terrassa a la hora de analizar lo ocurrido. Admite que durmió muy poco el domingo, visionando una y otra vez un partido que recordará durante mucho tiempo. "No lo he encajado aún. Ha sido totalmente inesperado."

Cuesta añadió que era pronto para hacer valoraciones, aunque quiso poner en valor la trayectoria del equipo. "El análisis global debe ser positivo. Porque hacer una plantilla con el veinte por ciento menos de presupuesto y entrar en el "play off" no es una tarea sencilla. Pero, al final, lo que queda es este regusto amargo. Un mal partido nos ha penalizado todo el trabajo."

El presidente del Terrassa FC ha insistido en distintas oportunidades en la necesidad que tiene el club de dejar cuanto antes la Tercera División. "Cuando los proyectos no son exitosos te quemas. La única recompensa que tiene un presidente es obtener un ascenso. Y ahora te quedas con la sensación de que después de tantos esfuerzos nos hemos vuelto a quedar a las puertas. Es muy duro."

La amargura del presidente
Cuesta añade que, futbolísticamente, el Terrassa del domingo estuvo muy lejos del que se ha expuesto en los encuentros anteriores de la promoción. "No fue el Terrassa que estábamos acostumbrados a ver en estas últimas semanas, aunque sí lo habíamos visto en la Liga", explica. "La sensación que me queda es que pecamos de inocencia. Y es probable, también, que fuésemos un poco crecidos por el resultado de la ida. En fútbol no puedes cantar victoria hasta tenerla en el saco."

El vestuario del Terrassa deberá relamerse las heridas de esta decepción durante tiempo. Nadie esperaba un correctivo como el encajado este domingo, sobre todo por la diferencia observada en la ida. "Es un palo muy duro", admitió el técnico, Cristian García. "Es un palo para los chavales y para la afición que se ha desplazado. Es un mazazo duro, pero la vida tiene estas cosas. El equipo no se lo merecía, pero cuando no estás acertado te puede pasar esto." El técnico terrassense no dudó en asumir su parte de responsabilidad. "Yo soy el más decepcionado y el máximo culpable de la eliminación. Así lo asumo. Lo siento por la afición que no ha podido disfrutar de otra eliminatoria, pero no hemos sido capaces. Sólo puedo decirles que lo siento."

Cristian resaltó el valor de la temporada realizada, pero no escondió la decepción vivida. "Hubiésemos firmado llegar hasta aquí, pero cuanto te plantas en la segunda eliminatoria y ganas 2 a 0 en casa en la ida se me antoja pobre decir que has hecho una buena temporada."

Los pequeños detalles
En relación al desarrollo del partido, admitió que nunca estuvo en manos de su equipo. "Los detalles nos han condenado", señaló el técnico, Cristian García, a la hora de hablar del encuentro. Cristian estaba profundamente afectado por un marcador que tampoco esperaba y por un final de temporada que conduce a su equipo a seguir en la Tercera División. "No hemos tenido la suerte del primer partido. El ejemplo es su primer gol, a través del cual ellos han crecido. Además, no hemos sido capaces de inquietar su portería. Sólo lo hemos hecho al final y a base de pelotazos. El Compostela es el justo ganador de la eliminatoria."

Cristian lamentó la poca profundidad del juego de su equipo desde el inicio. "Estábamos obsesionados con tener el balón, pero hemos tenido poca ruptura. Cuando estamos mal no somos capaces de ganar, porque no tenemos pegada. Y ellos sí la han tenido."

En el Compostela, el sentimiento era totalmente opuesto. "Yo recordaré esto toda mi vida", dijo el entrenador del Compostela, Yago Iglesias. "La remontada se inició en el vestuario del estadio del Terrassa, donde dijimos que había que seguir creyendo".

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