Terrassa

Vega hace un llamamiento para que la tensión política no invada la Festa Major

El uso del espacio público está en el foco del debate político y el alcalde, que días atrás hacía una llamada a la convivencia, a la "neutralidad" y a la "no monopolización" de la calle, vuelve a alzar la voz a solo dos semanas de la Festa Major de Terrassa. Alfredo Vega admite estar "en alerta" ante los últimos episodios de crispación que han proliferado ta raíz de la instalación y la retirada de cruces amarillas, uno de ellos la pasada semana en plena Rambla d’Egara que se ha hecho viral en redes sociales.

En él, un ciudadano visiblemente exaltado y en tono desafiante, arrancó varias cruces amarillas suspendidas de los árboles, acusando a los impulsores de la campaña por la libertad de los políticos presos de "golpistas" y advirtiendo a quienes le observaban y gravaban que "a quien se ponga al final de la Rambla le daré".

Vega no quiere que episodios como este se reproduzcan durante la Festa Major. "Estamos viviendo situaciones en que la ciudadanía manifiesta públicamente sus ideas y opiniones, en el uso del derecho fundamental de libertad de expresión. Son unas manifestaciones legítimas que respetamos, pero que desgraciadamente pueden comportar situaciones de cierta tensión", apuntaba el miércoles en un comunicado.

El alcalde recuerda que la Festa Major es "un lugar de encuentro, un momento para favorecer la convivencia de toda la ciudadanía" y, dada la crispación de los últimos días, teme que "por un lado u otro se quieran apropiar del espacio público".

El primer edil defiende "el derecho de todo el mundo a manifestarse", pero sin que "la libertad de expresión en ningún caso signifique la apropiación de una parte. Los límites se deben situar cuando este ejercicio excluye a los que piensan diferente".

Antes del último pleno, el portavoz del gobierno Amadeu Aguado conminaba a los grupos municipales a evitar tensionar el ambiente con sus propuestas políticas. El alcalde hace ahora "una llamada a la responsabilidad" para evitar la hegemonía del espacio público y pide "respeto a la libre opinión, sin excluir a nadie".

La convivencia, afirma, "es el mayor patrimonio que tenemos", por eso apela a cada uno de los terrassenses a preservar el buen clima durante la fiesta. "Necesitamos diálogo, diálogo y diálogo. Un alcalde está obligado a preservar la convivencia en su ciudad, a no alimentar la crispación; pero no es solo responsabilidad del alcalde, sino también del resto de políticos y de toda la ciudadanía".

Pendiente del clima político
En el pleno de mayo Meritxell Lluis, concejal del PDeCAT, apelaba al alcalde a cumplir la ordenanza de convivencia democrática y respetar la libertad de expresión en el espacio público o a reformarla "si no la comparte", dijo. Vega le respondía esta semana que, tal como están las cosas, "la aplicación de la normativa no es la única solución" y que ahora "hay que ir más allá" y apostar por "el diálogo".

De momento, la apelación a los grupos municipales no ha resultado del todo. Tras la aparición de cruces amarillas los últimos días en la ciudad, el alcalde impulsó un acuerdo de junta de portavoces que permitiera abordar el problema de forma consensuada. Ciutadans se desmarcó de la propuesta presentando una propia, un gesto que Alfredo Vega considera "una deslealtad que sólo pretende alimentar el conflicto".

Después de ese episodio, el alcalde afirma estar pendiente del tono que adopta los próximos días el clima político, ya que "puede ser un aliado o una amenaza". Si la tensión repunta, Vega no descarta apelar directamente a "las entidades" y pedirles que "destensionen sin renunciar. No quiero coartar la libertad de nadie. El Ayuntamiento no es el amo de la Festa Major, pero haré una llamada a la responsabilidad".

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