Dos policías municipales estaban allí y vieron a un joven entregar a otro una bolsa con algo verdoso dentro. Era marihuana, de la que el receptor quiso desprenderse en cuanto se dio cuenta de la presencia de los agentes. Pero acabó confesando: sí, había comprado la maría al vendedor, que fue detenido tras una persecución por calles de Ca n’Anglada. Ha sido condenado a seis meses de prisión. Ese relato considera probado la Justicia.
La escena se desarrolló en el pasaje Comercial el 30 de abril del 2012. Eran las seis de la tarde cuando dos agentes de la Policía Municipal presenciaron el intercambio. Según una sentencia del juzgado de lo penal número 2 de Terrassa, luego ratificada por la Audiencia Provincial, los guardias observaron cómo un joven entregaba a otro individuo "una bolsa de plástico con una sustancia vegetal verde, que resultó ser marihuana". A cambio recibió cinco euros.
El comprador vio a los agentes y tiró la bolsa al suelo. Era tarde para él. Reconoció a un policía que, en efecto, había comprado el cannabis al otro sujeto. Este quiso escapar. El sospechoso huyó, pero la fuga duró poco. Uno de los agentes lo alcanzó y retuvo. En el cacheo le halló los cinco euros. La bolsa contenía 0,87 gramos de maría.
Dilaciones indebidas
La sentencia del juzgado de lo penal impuso al acusado seis meses de prisión, con multa de cuatro euros, por un delito contra la salud pública. La concurrencia de una circunstancia atenuante de dilaciones indebidas propició que se le rebajase la pena. Aun así, su defensa recurrió la sentencia. El abogado argumentó que el supuesto comprador de la droga no había comparecido como testigo en el juicio. Su ausencia, sin embargo, es ajustada a Derecho, según sostiene la Audiencia Provincial aludiendo al Tribunal Supremo.
"El testimonio de un adicto comprador para acreditar una transacción implicando al vendedor no ofrece garantías (entre otras razones, por el temor a represalias) y se halla desacreditado ante los tribunales de Justicia, según nos muestra la experiencia judicial diaria", indica el Supremo, convencido de que la aportación de esos testigos tiene "poca relevancia" y los tribunales forman su convicción "a través de otras pruebas más serias y fiables". Otra testifical, la de los agentes, fue clave en el juicio.
