Terrassa

Pasión por la Coca-Cola

Los productos de marca que atesoran mucha historia y millones de ventas cuentan con una amalgama de productos derivados que, en algunos casos, no tiene fin. Este es el caso, por ejemplo, de Coca-Cola, el popular refresco que tiene su origen en una medicina creada por el farmacéutico americano John Pemberton en 1885, en Atlanta, y que tiempo después fue adquirida por un grupo de abogados que fundaron la empresa The Coca-Cola Company.

Un refresco, pues, con 122 años de historia, que a lo largo de su trayectoria comercial ha generado casi de todo más allá de la clásica botella de vidrio y la lata. La marca ha creado vasos, abridores, bandejas, neveras, pins, chapas, imanes, llaveros, juegos de carta; así como radios y neveras, cajas de galletas, prototipos de camiones, anuncios, camisetas, guantes, gorras…

Una selección de estas piezas se puedo ver el domingo, por la mañana, en el Hotel Don Cándido gracias al 47º Encuentro Internacional de Coleccionistas de Coca-Cola impulsado Coca-Cola Collectors Club Spain, cuyo presidente es Antonio Martínez Andreu, impulsor también de un museo dedicado al refresco con 50 mil piezas en Castellar del Vallès.

El estand de Martínez fue, sin duda, uno de los más reclamados en tanto que el está considerado como una de las personas con las colecciones más numerosas y preciadas. “Aquí, a Terrassa, para el encuentro he traído muchos artículos, esencialmente botellas, que es mi objeto preferido aunque la mayoría son réplicas”. Martínez, que se apasionó por la firma tras su incorporación en la empresa (exhibía una foto con un camión de Coca-Cola de 1970), destacó de su enorme colección de botellas (datan desde 1894 hasta la actualidad), las de serie limitada como las que hicieron para el 800 aniversario de la Catedral de Santiago de Compostela o para los voluntarios que colaboraron en las tareas de limpieza de las aguas de Galicia en 2002 tras la marea negra provocada por el vertido del Prestige.

A su lado, Rafael González, de Barcelona, también era objeto de visitas, sobre todo porque presentaba en su puesto una nevera original de finales de los años 1950; con su color rojo y letras blancas y que se suministraba en los bares. “Es una nevera de hielo. Se fabricaron pocas y se destruyeron”, contó.

Unos metros más allá, Renato Scheneider, de Brasil y residente en Málaga, también era uno de los puntos de atención. “Mi colección es singular -explicó- porque yo solo reúno miniaturas y originales. No pirateo”, subrayó. Entre lo expuesto, una caja de madera de un conjunto de mini-Coca-Colas de 1990.

Pequeños grandes tesoros que captaron las miradas de coleccionistas y también de aficionados y curiosos. Emili, de Olesa de Montserrat, y Francisco José, de Sant Andreu de la Barca, explicaron que eran aficionados a reunir botellas, especialmente las de aluminio. “Los objetos que más perseguimos son los limitados pero a la vez también son las más buscados y más caros”. Tona, de Terrassa, que acudía por primera vez al evento, expresó su sorpresa por la infinidad de artículos. “Llama mucho la atención por su colorido y por su versatilidad, Y, puestos a elegir, lo que más me ha gustado son las miniaturas y los anuncios de la década de 1950. Xavier Serra, de Sant Feliu de Llobregat, se mostró contento por haber conseguido un miniCD con el logo de 1997 que reunía “hits” de aquel verano. Pero no todo fue positivo. Algunos coleccionistas lamentaron que Coca-Cola no patrocine el evento.

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