Opinió

Becas

El Consell Comarcal celebró ayer una jornada bajo la denominación genérica “Pobreza en la infancia. Situación y retos en el Vallès occidental”. Durante la jornada, el presidente del Consell, Ignasi Giménez, presentó un análisis de la pobreza infantil desde la experiencia que da al organismo que preside la gestión de becas comedor en la comarca. Durante el acto se habló de cuestiones interesantes y muy preocupantes, pero hay tres cuestiones que consideramos que debemos destacar.

Por una parte está el asunto del enquistamiento de la pobreza en un segmento importante de la sociedad y de cómo afecta esa pobreza especialmente a los niños. Una de las consecuencias más importantes es la desigualdad que provoca el fracaso escolar al que en muchas ocasiones está aparejado. La recuperación económica no está siendo para todos por igual. La planificación de la salida de la crisis está generando una precarización evidente que ni tan siquiera se soluciona con el empleo o al menos con todos los empleos.

La segunda cuestión de especial relevancia es la eterna controversia de los ayuntamientos con la Generalitat sobre que administración debe afrontar las emergencias sociales que ha provocado la crisis, si la Generalitat o los Ayuntamientos. El presidente del Consell Comarcal insistió una vez más en que el sistema de financiación de las becas comedor obligaba a ayuntamientos y consejos comarcales a un sobreesfuerzo porque otorga becas parciales de comedor a familias que no pueden asumir el coste del resto del servicio. Es decir, la Generalitat cubre 3 euros de un menú que vale 6, pero la familia beneficiaria debe renunciar a esa beca porque no puede pagar los otros tres y, por tanto, deben asumirlos los ayuntamientos. Esa situación pone de manifiesto la existencia de disfunciones en la aplicación de los criterios en la concesión de becas.

La tercera cuestión no es menos importante que las anteriores. Se trata de la continuidad de las becas comedor, o mejor dicho, de la falta de continuidad de las becas comedor en la ESO. La jornada intensiva enmascara un problema grave. Las becas se conceden también porque las familias tiene problemas para alimentar a sus hijos y ese problema no desaparece de un curso para otro. No tiene sentido que un niño tenga una beca en quinto de primera y su hermano no pueda disponer de ella en primero de la ESO. Se trata del mismo escenario que obligó al Ayuntamiento de Terrassa a establecer becas comedor en los casales de verano porque los problemas para que las familias alimenten a sus hijos no desaparecen durante las vacaciones.

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