"El verano en que recibí mi primer beso llegué al pueblo unas dos semanas antes de la fiesta de San Fiz, el patrón de Troya, un pueblo situado a tres kilómetros de la pequeña aldea rodeada de robles que había visto nacer a mi madre", comienza "El verano de los náufragos". Y esa primera frase ya delata que Sergi Carballo Losada (Barcelona, 1980, terrassense desde 2010) ha escrito "una novela de iniciación, sobre el intento de convertirse en adulto, y como algunos sucesos que te ocurren de joven tienen un efecto durante toda tu vida", señala.
Reconoce Carballo que en el protagonista, un chaval de Barcelona que pasa los veranos en el pueblo gallego de su padre, hay bastante de autobiográfico. "Vengo del barrio de Horta, y la mayoría de mis amigos tenían padres nacidos en otros lugares de España. Los veranos iban a esos pueblos natales de su familia donde estaban completamente libres, y con tanta libertad podían pasar cosas trágicas."
En ese pueblo de Galicia, "basado en el que yo pasaba los veranos", se mueven el protagonista, Javi Roto, "que en algunas cosas se me parece", la chica de la que se enamora, el amigo crápula, el otro más contestatario, el inconsciente. En la segunda parte, Javi Roto vuelve a Barcelona, "para acabar la adolescencia y convertirse en una persona madura". La novela comienza con el protagonista a los 16 años, y acaba que tiene 30. Toda una juventud, vivida básicamente en la década de 1990, aunque los eventos históricos tienen poca presencia (hay alguna referencia al "efecto 2000").
Los errores que nos forman
Carballo escribió la primera parte de "El verano de los naufragios" a los 26 años, "cuando todo estaba aún muy cercano", y la segunda a los 37. Después, "la he pulido mucho, ya era otra persona". Y la acabó escribiendo que "todas las vidas están llenas de errores que nos conducen a ser como somos y, si no nos hubiéramos equivocado en tal o cual momento, ya no seríamos la misma persona y la madurez sería un espejismo. Esto creo haberlo aprendido y, por ello, ya no me avergüenzo de nada".