El SEAT 124, conocido como el coche del sentido común por su carrocería de tamaño medio y el de la clase media de los años 70, está de celebración, ya que este mes de mayo cumple 50 años.
Su lanzamiento comercial data de 1968, momento en que tuvo que compartir el éxito con el 600, que supuso el coche con el que numerosos españoles empezaron a moverse por las carreteras españolas.
El SEAT 124 también tuvo que rivalizar entonces con su “hermano mayor”, el 1500, ya que ofrecía una amplitud similar en sus algo más de cuatro metros de largo y un maletero de 385 litros de capacidad, gracias a unas formas muy regulares, según ha explicado hoy el director de comunicación de la marca en España, Fernando Salvador.
También con el 850, que también empezaba a quedarse pequeño para algunas familias españolas.
Fue la respuesta del fabricante español a la apuesta de la industria automovilística europea por los turismos del segmento nivel bajo o medio/bajo.
Su carrocería de tres volúmenes estaba homologada para cinco personas y mantenía la estructura del 1500, con un eje rígido propulsor trasero y una dirección de tornillo y rodillo.
Pesaba 855 kilogramos, montaba un propulsor de gasolina longitudinal delantero de 1.197 c.c. y 60 CV y, como gran novedad, incorporaba cuatro discos de freno.
Salió a la venta a un precio desde 144.432 pesetas (incluidos impuestos, unos 868,65 euros) y costaba casi el doble (74.592 pesetas) que el 600.
Para hacerse con una unidad, los españoles de entonces debían dedicar 47,2 veces el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de la época, que era de 3.060 pesetas al mes (18,4 euros).
Con el 124, SEAT hizo la primera gama de vehículos de su historia, que comenzó el 9 de mayo de 1950, año en que nació la Sociedad Española de Automóviles de Turismo (SEAT). El primer modelo con el que arrancó la producción fue el 1400, al que le siguió en 1957 el 600.
Volviendo al 124, un año después de su lanzamiento, en 1969, recibió la carrocería de cinco puertas, conocida como furgoneta; y el 1430, que era la versión más potente del 124, con un motor de 1.438 c.c. y 70 CV.
En 1970 le llegó el turno al 124 Sport Coupé 1.600, un 2+2 plazas con 110 CV, con los que alcanzaba los 180 km/h.
Este fue el modelo que eligieron los famosos de la época, que tenían que pagar por él unas 300.000 pesetas (unos 1.800 euros)
En 1971 la gama 124 se amplió con el 124 d. La letra “d” no es porque fuera una motorización diésel -con la que nunca contó la berlina-, si no porque se trataba de una versión más equipada (parrilla frontal distinta, nuevos pilotos traseros, doble circuito de frenos, neumáticos radiales…).
En 1973 apareció el 124-LS con 65 CV y un acabado similar al 1430; un 1430 “potenciado” a 75 CV y el 1430 Especial 1600, con 95 CV y que le permitió su homologación para ralies. A éste último le siguió un 1430 Especial 1800.
En 1975, inicialmente estaba prevista la sustitución del 124 por el 131, pero la incorporación a SEAT de la fábrica navarra de automóviles de AUTHI de Landaben, hizo que se tuviera que destinar allí un coche para producir, que no fue otro que una actualización del 124, al que se llamó 124d LS, más conocido como 124D Pamplona.
El 124 se dejo de producir en 1981. Para entonces ya se habían fabricado 896.364 unidades, según Fernando Salvador. De ellas, 373.354 fueron del 124 original, 250.795 del 124 FL -que montaba radio-, 250.582 del 1430 y 22.883 del 124 Sport. De la fábrica de Landaben salieron 155.923 vehículos.
El 124 fue elegido “Coche del Año” en España. Este galardón lo recibió también el 1430 en 1969 y en 1970 el 124 Sport Coupé 1600 (que también contó con una versión de 1800 c.c.).
Otro hito que SEAT consiguió con el 124 fue el de producir la unidad un millón el 15 de julio de 1969.