Opinió

Retraso

El IV Cinturó sufrirá un nuevo retraso. Esa fue la conclusión del análisis de los presupuestos realizado por los ayuntamientos afectados por su construcción y la confirmación definitiva en la reunión que los alcaldes tuvieron ayer en Madrid con el director general de carreteras. Podríamos profundizar en los motivos de ese nuevo retraso, que se refieren a una cuestión técnico-administrativa, pero la razón es ya lo de menos. Ni la administración del Estado, ni la Generalitat, ni siquiera algunos ayuntamientos, se toman en serio el IV Cinturó. Es una infraestructura desgraciada y este es un retraso más que se suma a la larga lista de problemas que ha sufrido desde que empezó a idearse allá por los años sesenta del siglo pasado.

La ejecución empezó hace diez años y una vía que inicialmente debía unir Abrera con Granollers, todavía no llega de Abrera a Viladecavalls.

Los ayuntamientos afectados hasta el momento y todo pinta que serán los únicos durante mucho tiempo, deben empezar a concienciarse de que están absolutamente solos en este asunto. El IV Cinturó dejó de ser prioritario para la Generalitat cuando Sabadell dio la espalda al proyecto. Ya no existe la sensibilidad que lo impulsó, seguramente para no entrar en conflicto con el territorio. Sabadell no quiere saber nada y a Granollers le da igual, por lo tanto si la prolongación desde Terrassa no tiene visos de que se vaya a producir, la construcción del tramo Abrera-Terrassa pierde prioridad.

Y de los cuatro municipios afectados por la construcción del IV Cinturó el más perjudicado es, sin duda, Terrassa puesto que en Can Roca acaba la vía y el reto está en cómo conectarla con las salidas de la ciudad. Una solución, como dijo el alcalde Vega esta misma semana en su conferencia de ciudad, sería la conexión con la ronda de Sabadell, pero esa solución sólo encontrará el apoyo de poblaciones como Castellar, como las cuatro que fueron ayer a Madrid, con escaso poder de convicción.

Y al hilo de esta última afirmación, podíamos enlazar con la apuesta que planteó el miércoles el alcalde, Alfredo Vega, estar en los foros de toma de decisiones de la Región Metropolitana de Barcelona para que se oiga la voz de Terrassa. Esa puede ser la cuestión, conocer cuál es o cual debe ser la capacidad de influencia de la tercera ciudad de Catalunya.

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