El grupo Treure Ball, con los músicos Se’n fa Una, animaban a la gente que el domingo, al caer la tarde, estaba en la Plaça Vella participando de los últimos actos de la XVI Fira Modernista. Sonó “L’estapera”, dedicada a Lluís Puig, en Bruselas, y la gente se sumó a la danza genuina de Terrassa.
Empezaba así la cuenta atrás para desvelar el eje temático de la feria de época del 2019. La duda se disipó poco a poco porque el espectáculo que le precedió dio pistas enseguida. Tras el último paso y la última nota de “L’estapera” apareció en escena el grupo Cheap Films quién explicó que había acudido a la plaza -aún bautizada Plaça Major 1900- para rodar un corto sobre la ciudad de principios del siglo XX. Y así lo hizo. Busco la implicación del público, atraviado de antaño, y filmó la miniserie quese emitió ayer lunes por Canal Terrassa tras el informativo. Claqueta, toma de escena, actores, director, ayudantes del director… Todo los elemento se fueron enlazando. El mismo grupo Cheap Films anunció que la próxima Fira Modernista se dedicará al séptimo arte. Los mismo actores se llevaron pues el protagonismo de la noticia que sólo sabían algunos pocos como el alcalde, Alfredo Vega, y el teniente de Cultura, Amadeu Aguado, presentes en el acto y mezclados entre los asistentes.. Junto a ellos el alcalde de Fonollosa, Eloi Hernández, y los concejales de Cultura y Turismo, Montserrat Serra y Xavier Camarasa.
Fin de fiesta de cine; No sólo porque el tema será el eje central del programa de actividades del año próximo, sino porque la feria ha vuelto a ser una exitosa y fantástica película de cien años atrás. Eso sí pendientes todo el fin de semana del cielo. El alcalde Alfredo Vega manifestaba al cierre que “se han cumplido las expectativas. Las previsiones de lluvia, que al final eran más pesimistas, han restado algo de visitantes pero la feria ha celebrado todas sus actividades y las entidades y comerciantes y en especial el gremio de restauración -el tema de este año era la gastronomía- se han volcado con creces”.
Las entidades, protagonistas
Subrayar el trabajo de las entidades no es baladí. Todas ellas, con su implicación, consiguen que Terrassa se vista de 1900 y que la ciudadanía pueda revivir como era el paisaje de entonces en todos sus ámbitos; desde el mundo económico y laboral hasta el de la cultura y el ocio, pasando por el “lleure” infantil y tantos otros aspectos de una vida cotidiana.
El programa de la feria, con más de trescientas actividades, permite este regreso de modo generoso a las costumbres en plazas y calles céntricas de la ciudad. Las recreaciones de la vida de la Terrassa gris industrial del textil; de los obreros, de los amos y burgueses; de sus formas de vida; de la música que se escuchaba y el teatro que se representaba, de los juegos en la calle y las fiestas en casinos populares y de uso restringido junto a las visitas de los edifcios modernistas recuerdan el pasado; la fotografía en blanco y negro. Como la imagen que sostenía la familia de Mónica y David junto con sus hijos Rocío y David, y los primos de los primeros Gabi y Maria Àngels. Todos ellos miraban la fotografía en bicolor que les entregaba Jacobo, de Temps i Llum, en la Masia Freixa. “Nos ha hecho mucha ilusión porque nosotros, los mayores, aún guardamos albúms de nuestros antepasados pero nuestros hijos quizás ya no lo harán. De este modo tendrán un recuerdo”, contó Mónica emotiva. La Masia Freixa y el Parc de Sant Jordi, el domingo al mediodía, eran un ir y devenir de gente que paseaba, que se detenía en las paradas de oficios de antaño y de artesanos o simplemente se tomaba un impasse para descansar y contemplar el ambiente y verse sorprendido por alguna recreación de época que asomaba de improvisto. Frente a la puerta del chalet blanco y gris, de formas onduladas, una cola incesante de personas que querían visitar el interior de la casa señorial con o sin guía. Nos colamos en el interior. “Esto es fantástico”, “La ambientación con figurantes, actores en las diversas estancias de la masía le da un valor añadido”. Fueron algunos de los muchos comentarios que escuchamos. Pero sobre todo lo que vimos fueron muchas cámaras y móviles en las manos para inmortalizar el ambiente interior. Y más el exterior donde la arquitectura más “gaudiniana” de Lluís Muncunill brillaba gracias a que la mañana de domingo se presentó bastante despejada. En la cubierta de este edificio aplicó el arco parabólico y la recubrió de mortero y trozos de cristal lo que le otorga unos efectos de luz muy originales. Piezas de cristal configurando un mosaico; la apreciada técnica del “trencadís”.
Feli Contreras, artesana del cristal de Llinàs del Vallès, conducía un taller sobre este material a pocos metros de la masía. “Los niños están encantados con el trabajo artístico”, decía. Se constató. El taller tenía afluencia y los pequeños afortunados se concentraban en encajar las piezas de colores para componer sus dibujos; uno de ellos, una rosa, uno de los elementos decorativos de la corriente modernista que se inspiró mucho en la naturaleza.
“Glamour” en moda
La Fira Modernista se celebra en primavera y, por tanto, las flores toman protagonismo en todo el paisaje urbano. Muchas de las personas que se vistieron de época lucían trajes con motivos florales. Los que decidieron contribuir a la feria para terrassenses y visitantes explicaron que la experiencia era tan insólita como inolvidable.
Cesca Cabello y Maria Teresa hernández, comerciantes, se mostraron gratamente sorprendidas. “Nos hemos paseado por todo el Centre y ahora estamos en la Masia Freixa. Hay muchísimo gentío. Está preciosa la feria y estamos desfilando con nuestro primer vestido inspirado en la burguesía con éxito”.
Cesca y Maria Teresa eran foco de atención en la era de la Masia Freixa donde un pintor, Juan Aguilera, les hacía un dibujo para la posterioridad. “Son mis alumnas en el taller de pintura y les voy a hacer este regalo porque se lo merecen”. El dibujo inmortalizó una imagen elegante y bella para la posterioridad. Frente al improvisado estudio, grupos de personas también vestidos de 1900, muy animados, posaban en la era de la Masia Freixa. Un asiático, cámara en mano, aprovechaba el momento para captar la instántanea. “Very, very beatiful”, que traducido es “maravilloso”.