El nuevo candidato de JxCat para la investidura, Quim Torra, ha anunciado hoy que, si es investido president, colgará un lazo amarillo en la fachada del Palau de la Generalitat e impulsará un “proceso constituyente” siguiendo el “mandato del 1-O”, ante la “crisis humanitaria” que vive Cataluña.
Después de que el presidente del Parlament, Roger Torrent, haya convocado para mañana la primera sesión del pleno de investidura, Torra ha afirmado en declaraciones a TV3 que, como presidente catalán, trabajará en el Palau de la Generalitat, pero ha evitado aclarar si ocupará el despacho que utilizaba el president destituido, Carles Puigdemont.
Tras reconocer que hay nombres del futuro Govern que aún “hay que acabar de perfilar”, ha adelantado que una de las primeras medidas que tomará si es investido president será “tirar adelante un plan de choque” para analizar los efectos de la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña, nombrar a un “comisionado” para investigar esas consecuencias e “impulsar un plan de restauración”.
Para Torra, el nuevo Govern debe servir de “altavoz para poder denunciar la represión, seguir avanzando en el proceso constituyente y el proceso de construcción republicana”.
Torra ha recalcado que solo contempla la posibilidad de “obedecer lo que decida el Parlament” y ha asegurado que prevé cumplir el “mandato del 1-O”, intentando “recuperar el contenido de las leyes suspendidas por el Tribunal Constitucional” e iniciando un “proceso constituyente”, uno de los puntos clave de la hoja de ruta que se proponía llevar a cabo el independentismo antes del 155.
Para realzar el “carácter de excepcionalidad y provisionalidad” de la legislatura, Torra ha avanzado que habrá “gestos simbólicos importantes”, como por ejemplo colgar un lazo amarillo en la fachada del Palau de la Generalitat o colocar otro lazo amarillo en alguna de las sillas del Govern, en solidaridad con los “presos y exiliados” soberanistas.
Torra ha descrito la situación que vive Cataluña como una “crisis humanitaria”, con “gente en la cárcel, en el exilio”, como no ocurre “en ningún otro país europeo”.
Según Torra, “un presidente republicano, que es lo que creo que debo ser, es un presidente para los 7,5 millones de catalanes”.