Por tercera ocasión en su historia, los Terrassa Reds consiguieron proclamarse campeones de la Lliga Catalana de fútbol americano. Y lo hicieron en casa, delante de todos sus aficionados, que los llevaron en volandas hasta la victoria final ante los Barberà Rookies. El conjunto que prepara Jordi Ventura se quedó la temporada pasada a las puertas de la final, pero el pasado domingo consiguió el tercer título de su historia tras imponerse por un contundente marcador de 19 a 8 en la gran final, celebrada en el campo de fútbol de Can Boada, una instalación que se vistió de gala y se llenó hasta los topes para acabar festejando una victoria que fue algo más que una victoria.
El concejal Marc Armengol fue el encargado de lanzar la moneda al aire, que dio la pelota al conjunto visitante, unos Barberà Rookies que no sacaron provecho de su primer ataque. La defensa de los Reds estuvo majestuosa durante los 60 minutos de partido. Los egarenses supieron anotar cuando tocaba y llegaron al descanso mandando por un 9 a 0 que se ampliaría posteriormente. En los dos últimos cuartos, a los Reds les bastó con practicar un juego más contemplativo. Supieron jugar con el tiempo y el marcador, sin arriesgar excesivamente en ataque y conteniendo en todo momento los intentos de pase del quarterback visitante, un Pedro Gandarillas que se vio completamente anulado en esta final.
En su primer ataque de la final, los Terrassa Reds consiguieron un touchdown que acabaría resultando clave, tanto para su moral como para el posterior desarrollo del juego. Una jugada de precisión milimétrica les dio los siete primeros puntos. Un enorme pase de su quarterback Cesc Garcia fue recepcionada por el flanco izquierdo por Albert Martínez, que se escapó como una exalación y situó el 6-0 en el marcador. Juan Ruiz convirtió el punto extra e instaló un 7-0 que comenzaba a decantar la final.
Un jarro de agua fría
Esta primera y rápida anotación supuso un auténtico jarro de agua fría para los Barberà Rookies, que pese a intentarlo con persistencia, no acababan de encontrar su lugar en el campo. No les salía ningún pase y no conseguían ganar yardas, principalmente por culpa del extraordinario sistema defensivo de los pupilos de Jordi Ventura, que supieron mantener la concentración y el respeto por el rival hasta el pitido final. Los Rookies continuaban teniendo problemas en ataque, pero ajustaron su defensa. Al filo del descanso, la defensa local evitó una anotación visitante que parecía clara, lo que les dio dos puntos más. Con el 9-0 se llegó al descanso.
En el arranque del tercer acto, los Reds seguían mostrándose inexpugnables. Cesc Garcia asistió a Biel Folch, elegido MVP, que se quedó a una sola yarda de anotar. Garcia anotó en una carrera interior y Juan Ruiz firmó el punto extra para establecer el 16 a 0 con que se entró en el último cuarto.
En otro ataque de los Reds, Ruiz firmó un field goal que supuso un incontestable 19 a 0. A los de Barberà les tocaba atacar a la desesperada. Lo hicieron, pero los defensores de los Reds estuvieron mayúsculos. En los últimos minutos, los Rookies firmaron su única anotación, que con el extra consiguiente significó el 19 a 8 definitivo.