La Plaça Vella fue el sábado el centro neurálgico de la última jornada del IV Festival Didó Música i Titelles de Terrassa, propuesta que ha bajado el telón contabilizando una audiencia de ocho mil personas en un fin de semana y medio de actividad. El festival ha tenido lugar los días 13, 14, 15 y 21 de abril, y ha sido este último el que ha aglutinado más actividades gratuitas y se ha visto más favorecido por una buena climatología.
La jornada del sábado contó con la tercera edición de la Fira d’Artesans Titellaires, la más grande de las celebradas hasta la fecha, incluyendo la presencia de ocho paradistas representantes de un arte fundamental para la pervivencia de estas artes escénicas. A ellos se ha sumado la parada del grupo Musicalium, con libros de música.
La jornada del sábado comenzó precisamente con la apertura de la feria y luego dio paso al primero de los dos conciertos con orquestas de alumnos del CEM que tuvieron lugar a lo largo del día en el escenario de la Plaça Vella.
Reflexión y valores
Los espectáculos propiamente de marionetas de teatrillo o bien de escenografía variada estuvieron representados al aire libre con el espectáculo de “Sant Jordi, la princesa i el drac” de la compañía Titelles Sebastià Vergés, y más tarde con las dos sesiones del espectáculo “Tan se val d’on venim.” Este último espectáculo está impulsado por la Creu Roja y la Fundació Fútbol Club Barcelona, y ha sido especialmente ideado con el objetivo de trasladar reflexión y valores a la audiencia.
Otra de las atracciones de la jornada de clausura fue “Wit, el cavall alat”, una marioneta que se estrenaba en el festival y que recorrió las calles del centro, con la oportunidad para los más osados de montarse encima. Estas actividades coincidieron con dos espectáculos de sala, “Nit de somnis” (una coproducción del INS Viladecavalls y el CEM que logró llenar) y “Pallassos de fusta”, que inauguraron la Maria Plans como nuevo escenario.
Los espectáculos en escenarios recién incorporados, como éste y el del Auditori, tuvieron durante todo el evento una ocupación desigual, aunque a juicio de Estel Rius (coordinadora del Didó), “cumplieron las expectativas.”
A nivel artístico, tuvieron una excelente acogida “La dernière danse de Brigitte”, montaje de la Companyia Zero en Conducta que inauguró el Didó y que dejó al público “encantadísimo”, subraya Estel Rius. Fue la primera incusión del Didó en un espectáculo pensado para mayores de diez años.
Calidad artística
Asimismo dejó muy buen sabor de boca “El bosc com balla”, “por su calidad musical, escenográfica, artística…”. También tuvo una excelente acogida la compañía Los Titiriteros de Binéfar, quienes llenaron con “Maricastaña” totalmente el Foyer del CEM. Entre los gratuitos, destacó “Matito”, un espectáculo que hizo “reír muchísimo a la audiencia”, destacó Rius.
Estel Rius destaca además que el festival ha apostado este año por la convivencia entre propuestas clásicas y otras más innovadoras, con diferentes técnicas de manipulación e incluso con diferencias de ritmo entre unos y otros espectáculos, desde la marionetas de historias frenéticas, como las de “garrotazo” hasta aquellas de desarrollo lento, como en el caso del “Pallassos de fusta”, de la compañía de Herta Frankle, en la que se tienen muy en cuenta los detalles.