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El Terrassa se empeña en ponerse obstáculos 

El torrente de emociones contradictorias que es capaz de provocar este Terrassa FC ha sumido a sus aficionados en un estado de desconcierto indisimulable. En una semana se pasa del optimismo desenfrenado al más absoluto de los desalientos, alimentado todo ello no sólo por las pasiones desrazonadas del fútbol sino por la camaleónica personalidad de un equipo que parece empeñado en dificultarse el futuro. Si después del triunfo en Palamós y la derrota de la Pobla de Mafumet ante el Figueres todos hacíamos cuentas en relación a los pasos que faltaban para asegurar el "play off", la jornada de este fin de semana le ha dado la vuelta a la pantalla con una derrota egarense contra el Vilafranca y el triunfo de la Pobla en Santboi. Ahora el filial del Nàstic vuelve a ser cuarto gracias al "goal average" y en el Terrassa se analiza al detalle el calendario para ubicar alguna fecha en la que los tarraconenses se dejen algún punto que revierta el preocupante escenario actual.

Inmaduro como está demostrando ser el Terrassa de este año, la derrota del domingo confirma la endeblez emocional de un equipo que no es capaz de alimentar su confianza ni en los momentos más propicios. Temeroso, acomplejado y asustadizo, el Terrassa no pecó contra el Vilafranca de la sobreexcitación que puede provocar la presión externa sino que se pasó el partido esperando acontecimientos, contemplativo hasta la irritación. Lo desconcertante de su rendimiento fue la excesiva pausa con que jugó, la injustificada falta de pasión que se le observó y lo alejado que estuvo de su libro de estilo, el que le ha conducido hasta esta posición de aspirante a la promoción de ascenso.

Pasividad irritante
Todos esos déficits fueron más visibles en una primera parte incalificable. Pese a que la victoria matinal de la Pobla ante el Santboià elevaba el nivel de exigencia para los egarenses, su puesta en escena estuvo carente de los mínimos exigibles a un equipo que quiere opositar a algo. Cristian varió el dibujo y apostó por un trivote en el centro del campo donde la principal novedad era el regreso al once de Àlex Fernández. Y en ataque alineó de inicio por David Toro por primera vez desde su lesión. Su apuesta por hacerse con el control del balón resultó insuficiente, dado que la velocidad del fútbol de su equipo estuvo muy por debajo de lo preciso y en ataque se generaron demasiados espacios que nadie ocupó. El partido sólo se alteraba cuando Guti aparecía en la banda izquierda, empeñado el lateral en sugerir otro estilo al que estaba mostrando el Terrassa. Una acción de Guti que Toro remató con escasa potencia y puntería y otra de Dani Sánchez también con Toro que no pudo acabar Nils fueron las únicas acciones de relativo peligro que se produjeron en el área visitante. Un balance desalentador no sólo a nivel cuantitativo sino también por la dudosa capacidad futbolística de un Terrassa desconocido.

Cristian cambió piezas y dibujo en el descanso. Dio entrada a Carreón por Àlex Fernández, dejó en el centro del campo a Guzmán y Ferreira y juntó a Daisuke con Toro en la punta de ataque. Seguramente, en el descanso retumbaron las paredes del vestuario porque por encima de los detalles futbolísticos, el principal problema de los locales había que buscarlo en su propia personalidad. Y lo cierto es que el arranque de la segunda mitad pareció mostrar un Terrassa distinto, más intenso y más apasionado. Guti y Nils asumieron galones en la banda izquierda, mientras que Dani Sánchez y Carreón intentaban igualar el nivel de protagonismo en la derecha. En el minuto 48, una acción de Guti generó la primera gran oportunidad del partido. El lateral puso un buen balón en el corazón del área pero el remate de Ferreira lo sacó un defensa en la línea de gol. Cinco minutos después, Daisuke remató desviado un envío largo a su posición.

Ocasiones falladas
En el minuto 65, Xavi Civil, que había entrado por Toro, dispuso de una oportunidad inmejorable. Carreón le puso un buen balón pero el delantero terrassista remató de forma muy deficiente en una posición envidiable. Un error que se vio más penalizado dos minutos más tarde, cuando el Vilafranca hizo el 0 a 1. Josep Díez remató sin oposición un lanzamiento de córner y ennegreció el panorama hasta límites insospechados.

Ese gol paralizó al Terrassa, incapaz de agitar el partido. Ni a través de su estilo ni con una propuesta menos académica tuvo capacidad para incomodar al Vilafranca. Apenas un disparo lejano de Raúl Torres que dio en un defensa hizo alterar a los aficionados locales, que pedían asaltar el área de Miguel Ramos de cualquier modo. Pero este Terrassa no parece estar construido para proezas emocionales y acabó salvando la derrota por la mínima porque Ortega impidió en el tiempo añadido el segundo tanto visitante en una carrera de Cerdà que el futbolista visitante no supo culminar.

TERRASSA FC 0
FC VILAFRANCA 1

TERRASSA FC. Ortega, Dani Sánchez, Sergi Valls, Yayá, Guti, Guzmán, Àlex Fernández, Ferreira, Daisuke, Toro y Nils. Carreón suplió a Àlex Fernández en el minuto 46; Civil a Toro en el 62; y Raúl Torres a Nils en el 74.

FC VILAFRANCA. Miguel Ramos, Peque, Josep Díez, Medina, Boira, Abel, Guti, Arnau, Aday, Vives y Acedo. Óscar suplió a Aday en el minuto 66; Toni a Vives en el 74; Cerdà a Acedo en el 86.

Árbitro. Josep Ollé Lladó. Amonestó a Nils, Toro, Peque, Josep Díez, Vives, Medina y Acedo.

Gol. 0-1, minuto 67, Josep Díez.

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