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Seat sustituirá el bocadillo de embutido de sus trabajadores por uno más sano

Los cerca de 1.000 trabajadores de la planta de Seat en la Zona Franca ya no comerán los clásicos bocadillos de embutidos a mitad de sus turnos, ya que la empresa ha decidido sustituirlos por unos más saludables, de hummus, aguacate o queso fresco.
Es una de las medidas que ya ha empezado a implementar la empresa en el marco de un estudio de intervención que llevará a cabo en los seis próximos meses, tras los resultados que un análisis histórico médico de 30.000 empleados de los veinte últimos años.
En rueda de prensa, la doctora Patrícia Such, responsable de Salud y Seguridad en el trabajo de Seat, ha explicado que el estudio concluye que “los trabajadores presentan mejores marcadores de salud ahora que hace 20 años”, aunque, sin embargo, “son aún muy mejorables”.
Este análisis histórico, que ha explorado, entre otros, el tabaquismo, el sobrepeso, el colesterol, la hipertensión tratada, el consumo de alcohol y la práctica de deporte de los trabajadores en 1998 y hoy, pone de relieve que en la actualidad casi todos los marcadores han mejorado, pero que aún hay datos de “advertencia”
En concreto, del total de la muestra en 1998, un 23% era fumador frente al 28% actualmente; un 31% tenía colesterol alto, mientras que hoy sólo lo tiene el 20,3%; un 24,8% consumía alcohol frente a l 20% ahora; y un 49% tenía sobrepeso, frente al 41% en la actualidad.
“Tenemos mucho trabajo de prevención médica para mejorar estos indicadores”, ha asegurado Such, que ha defendido la importancia de este análisis porque “es una muestra representativa de la sociedad y los resultados podrán extrapolarse a la población general”.
Para ello, la doctora ha anunciado que la empresa puso en marcha a principios de año un estudio de intervención, donde quieren demostrar que “con la modificación de hábitos de vida, en concreto con una dieta mediterránea, deporte y atención a la salud mental, los marcadores de salud mejorarán en los trabajadores”.
Aunque el estudio se aplicará a 600 voluntarios, las medidas también afectaran a los 2.000 trabajadores repartidos en las plantas de Barcelona y El Prat del Llobregat, ya que dos de ellas consisten en sustituir los productos de las máquinas expendedoras y los bocadillos que reciben los trabajadores.
Las máquinas dispondrán ahora también de frutos secos, fruta fresca y bocadillos saludables, siguiendo los consejos del Hospital Clínc, que también participa en el estudio, en lugar de la bollería industrial que suele predominar en estos espacios, mientras que los bocadillos de embutidos como la mortadela o el chorizo que eran clásicos en los descansos entre turnos serán ahora de sardinas, aguacate y queso fresco, tomate, escalivada, humus o atún.
Según Mercedes Sotos, doctora en nutrición de la Universidad de Harvard, que es quien ha diseñado los nuevos bocadillos, el objetivo era “cambiar la calidad: eran panes blancos y ahora serán de harinas integrales y sin procesados”.
El estudio contempla someter a los voluntarios a análisis de orina, sangre y heces, pero también destacan los consejos de vida saludable y deporte, la entrega de cinco litros de aceite de oliva y frutos secos mensual para toda la familia, un 35% de descuento en supermercados Veritas y talleres gastronómicos impartidos por cocineros con estrella Michelin para aprender a cocinar “bueno, bonito y barato”.
En el acto también ha intervenido Bonaventura Clotet, director del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa, que participa en el estudio, que ha subrayado que el bocadillo será “un recordatorio”, pero que lo importante es “concienciar del cambio de alimentación”, teniendo en cuenta que la dieta mediterránea disminuye un 30% los riesgos de sufrir enfermedades cardiovasculares.

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