Opinió

Consell Comarcal

El Consell Comarcal del Vallès Occidental cumple treinta años. El aniversario de su creación coincide con un momento de cierto fortalecimiento del organismo supramunicipal y si no pudiera llamarse así, sí que podríamos decir que la mayor solidez desde su creación. El debate sobre los consells comarcals se inició desde su propia creación. El gran sentido que tiene esa institución en zonas rurales en las que los servicios a la ciudadanía dependen en gran manera o incluso indefectiblemente de la mancomunación de servicios, se diluye en áreas de grandes ciudades o de ciudades medianas que no necesitan compartir con otros municipios e incluso prefieren que esta interrelación, por circunstancias diversas, se produzca lo menos posible. Si a esa, digamos indolencia, unimos la presencia de dos ciudades poderosas, la cosa puede realmente complicarse.

Sería el caso del Vallès Occidental en el que la existencia de dos importantes ciudades como Terrassa y Sabadell han generado una situación de indefinición en cuanto a la razón de ser y la propia operatividad del Consell Comarcal. Parece que en los últimos años, el Consell del Vallès Occidental está encontrado su lugar en el mundo con una clara apuesta por la protección social; la infancia a través de los comedores y el transporte escolares; el medioambiente con la gestión forestal de Boscos del Vallès y Servei de Biomasa; el turismo entre cuyas iniciativas se puede destacar Cuina Vallès con la promoción de la gastronomía y los productos autóctonos y los residuos, el eterno problema que, este sí, une a todos los municipios, grandes y pequeños.

El Consell Comarcal ha sabido reponerse a la indiferencia de algunas de las poblaciones que lo componen y encontrar espacios comunes con los que dar sentido a una existencia siempre puesta en cuestión. Los consejos comarcales en general siguen cuestionados por los defensores del gran proyecto de reorganización territorial de Catalunya, no sabemos si todavía pendiente o definitivamente descartado y en particular el del Vallès Occidental por la presencia de Barcelona, la gran urbe cuya particular fuerza gravitatoria atrae poderosamente a todos los municipios de su órbita. También deberá gestionar el notable impulso que las patronales, especialmente de Terrassa y Sabadell, a las que se ha unido hace pocos días la Cambra de Comerç terrassense de crear un gran polo económico con la fusión, no se sabe todavía como de los dos valleses.

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