La peor nota: un 4 sobre 10 para el aparcamiento en Terrassa: suspendido. El Ayuntamiento presentó ayer su primer barómetro de la ciudad, el resultado de una encuesta a 1.100 egarenses mayores de 18 años sobre el estado de Terrassa y los servicios públicos. El aparcamiento suspende en las valoraciones, y suspenden también las oportunidades laborales. Muy cerca, con un aprobado raspado, se sitúan la limpieza en las calles y el mantenimiento de la vía pública. Por contra, las notas más altas recaen en el transporte público (los buses), los casales y centros cívicos, la oferta comercial, el entorno natural y el suministro de agua. Un notable para ellos.
La ley de transparencia conmina a las administraciones a emprender este ejercicio de auscultación, y al Ayuntamiento le parece bien. El barómetro, para Javi García, concejal de Transparencia, es una buena herramienta para mejorar lo que funciona peor. El edil anunció ayer que la encuesta se llevará a cabo cada dos años y Xavier Muñoz, director de Estudios y Observatorio del Ayuntamiento, adelantó que posiblemente su elaboración la compartan varios municipios. El trabajo de campo, con entrevistas telefónicas con soporte informático, ha sido encargado a una empresa barcelonesa, MDK, Investigació de Mercats SL, y ha costado 20.812 euros: 0,09 euros por habitante, subrayó Muñoz. La empresa debió hacer diez llamadas para obtener cada encuesta válida. Los cuestionarios duraban unos quince minutos y el margen de error es del 3 por ciento.
El 66,7 por ciento de los encuestados valora por encima de un 7 el estado de Terrassa y sólo el 5 por ciento otorga un suspenso a la ciudad. Para sus habitantes, la ciudad es de 7, la nota media global concedida por unos encuestados con tendencia colectiva al optimismo en la percepción del futuro de Terrassa y de Catalunya. Con España la cosa no está tan clara. El 64 por ciento cree que su barrio mejorará, y el 75 está convencido de que lo mismo le ocurrirá a Terrassa. Y para el 71 por ciento Catalunya irá también a mejor, porcentaje que baja al 47 por ciento con España.
El índice de satisfacción de vivir en Terrassa roza la nota de 8, pero los egarenses parecen tener claros los puntos oscuros de su localidad. Los problemas más comunes que ponen de relieve son el tráfico, la limpieza y la inmigración. Lo del aparcamiento no ha cogido por sorpresa a los responsables municipales, "pues se trata de un problema compartido con otras ciudades similares", señaló el concejal. Las quejas por la falta de limpieza en las calles tampoco supone una novedad y al gobierno municipal no le hacía falta una encuesta ciudadana para saberlo, reconoció García en la presentación de un barómetro que será a partir de ahora herramienta de análisis de todas las áreas municipales "para detectar problemas y aplicar soluciones".
Benevolencia
El estacionamiento, un 4. Las oportunidades laborales, un 4,99. El mantenimiento de las calles, un 5,24 de nota. La limpieza, un 5,38. En el lado bajo, hacia arriba, les siguen el civismo (un 5,42) y el tráfico de vehículos (nota de 5,52). En la franja baja están asimismo la recogida de basuras (un 6,03) y la calidad del aire (la misma nota). Pero los terrassenses parecen tener en alta estima a su Terrassa, o su Terrassa se lo merece, por lo que se mueven con benevolencia aun en las valoraciones negativas. En cuanto a las positivas, tampoco se lanzan con euforia, habida cuenta siempre de que los resultados se conforman con medias. Así, el transporte público dentro de la ciudad es el más aplicado de la clase, con un 7,24.
Similar puntuación, por encima del 7, ostentan los casales y los centros cívicos, la oferta comercial egarense, el envidiable entorno natural y, paradojas, el suministro de agua que el Ayuntamiento quiere gestionar directamente y que está inmerso en un agrio litigio entre el Consistorio y Mina, la empresa concesionaria hasta ahora. Así, el quinto aspecto mejor valorado de Terrassa es el servicio de agua, con una nota de 7,01. Algo por debajo, con un 6,96, se sitúa la calidad de vida en Terrassa. Luego viene el 6,85 otorgado a los equipamientos culturales y el 6,84 de la oferta cultural y de ocio.
La gestión pública mejor valorada por los ciudadanos es la más próxima, la del Ayuntamiento, con una nota de 6,39, semejante a la obtenida por las administraciones locales en otras poblaciones. De ahí hacia arriba, la evaluación empeora. La Generalitat aprueba con un 5,26, pero el Gobierno español suspende con un 3,11. El trabajo de campo se realizó en febrero y su traducción en el estudio, entre el 28 de ese mes y el 19 de marzo.