La niña aún no había cumplido los 7 años. Aquel día, durante una reunión familiar, un hombre intentó abusar sexualmente de ella en una habitación. El padre se enteró y se tomó la justicia por su mano: junto a otras dos personas, dio una paliza al presunto abusador. Casi cuatro años después de aquello, el acusado de la tentativa de agresión sexual se sentará en el banquillo. A pocos metros, también en el estrado, como acusado, se sentarán el padre y las otras dos personas que presuntamente lo acompañaron en aquella acción de represalia.
Los hechos se remontan al 14 de septiembre del 2014. Había ese día una reunión familiar en una vivienda de Terrassa en la que residían el acusado de los abusos y otras personas. La pequeña estaba también allí con unos familiares.
Dice la fiscal que el acusado puso a la niña sobre sus rodillas; deduce que ese acto no fue inocente, sino provocado por su "ánimo libidinoso y de satisfacción sexual". No ha quedado probado que le hiciese tocamientos. Sí está claro, según el Ministerio Público, que después el mismo hombre llevó a la pequeña a una habitación.
Se encerró con ella en ese cuarto. A solas con la pequeña, le dijo que se bajase las braguitas, asegura la fiscal. La niña no se las bajó, pues su madre entró en la habitación.
El abuso intentado llegó a oídos del padre de la menor. Y, presto a ajustar cuentas, se dirigió al domicilio. No iba solo. Según la Fiscalía, dos personas, una mujer y otro hombre, todos ellos ecuatorianos, se unieron a la acción.
Cuando llegaron a él, se sucedieron los golpes. El presunto abusador sufrió una contusión ocular con edema y hematoma. Necesitó una primera asistencia médica, pero no precisó puntos de sutura.
Eso "salvó" a los agresores de una imputación mayor, pues el Ministerio Público acusa a los tres presuntos atacantes de una falta de lesiones y no de un delito. Y pide que sean condenados por esa falta al pago de sendas multas de 675 euros: 45 días a quince euros de cuota diaria. Si prospera la tesis provisional de la fiscal, entre todos deberán pagar 330 euros de indemnización al agredido. Sus heridas curaron en diez días.
Para el acusado-víctima, varón de nacionalidad española, la petición de castigo es más severa, claro. El Ministerio Público lo considera culpable de un delito de abusos sexuales a menor de 13 años en grado de tentativa y reclama una pena de un año y nueve meses de prisión y cinco años de libertad vigilada. Y que pague a la niña 3.000 euros "por los perjuicios morales y psicológicos sufridos". Un informe elaborado por el Equipo de Asesoramiento Técnico Penal de Barcelona, esgrimido por la fiscal, indica que la menor sufre secuelas psicológicas, como sintomatología ansiosa de tipo postraumático "compatible con la experiencia denunciada".
El Ministerio Público también solicita que se imponga al procesado una orden de alejamiento, que se le prohíba acercarse a menos de mil metros de la víctima (y comunicarse con ella) "por un periodo que exceda en cinco años a la pena de prisión" con que sea castigado. La sección 22 de la Audiencia Provincial de Barcelona ha señalado el juicio para mañana.
La pequeña deberá declarar, pero el Ministerio Público ha solicitado que se la proteja y se evite "en todo caso" la confrontación "visual y directa" con el inculpado.
La acusación pública reclama que el procesado por el intento de abuso sea castigado a un año y nueve meses de cárcel
EL DINERO
3.000 euros
La fiscal dice que el acusado del intento de abuso sexual debe pagar 3.000 euros a la niña por los perjuicios morales y psicológicos padecidos. Igualmente, pide que el padre y los otros dos procesados por la agresión indemnicen al presunto abusador con 330 euros por las lesiones que le causaron