Terrassa

Jan Brugueras presentó su libro sobre el origen y la evolución del “terrassenquisme”

El salismo, movimiento que encabezado por Alfons Sala dominó Terrassa en la última década del siglo XIX y las primeras del XX, había sido estudiado desde la óptica de cómo ejercía el poder desde el entramado institucional. Pero también articuló, sobre todo antes de llegar a las instituciones, un discurso que acabó cuajando en ciertos sectores de la población. Su historia la ha escrito Jan Brugueras i Torrella en “Terrassenquisme i catalanisme”, eque ayer presentó en el Centre Cultural. “El salismo es un caciquismo, evidentemente, que utiliza el poder económico para construir y consolidar su poder político. Pero al mismo tiempo usa mecanismos propios de los movimientos de masas, como el que empleaba en ese mismo momento el catalanismo en Barcelona: una prensa potente y un relato atractivo que le pudiera crear cierta base social y hacer creer a una parte de la población que son los legítimos defensores de la ciudad y que defienden los intereses de la colectividad”, explicó ayer el historiador a este diario momentos antes del inicio de la presentación. Durante más de dos años, Brugueras ha investigado en archivos, fondos personales y correspondencias sobre los intelectuales y las plataformas a través de los cuales se legitimaba el poder local del salismo. Y en su origen, en el inicio del “terrassenquisme”, se encontró con Josep Soler i Palet.

Los defensores de Terrassa
Pero, ¿qué es exactamente el “terrassenquisme”? Aunque su significado ha ido variando con el tiempo, surgió vinculado al salismo y con una connotación clara. “El salismo no es un proyecto catalanista. Evoluciona mucho a lo largo de las décadas y acabará siendo más bien españolista. Y la manera que tiene de legitimar su poder es presentar a la burguesía industrial como los legitimos defensores de toda Terrassa, no solo de sus empresas. Por lo tanto, ellos son los terrassenquistas.”

Soler i Palet es el intelectual que dará contenido a este idea, y definirá ser terrassenquista, en definitiva, como ser salista. “Pero al mismo tiempo que da un contenido ideológico al salismo, introduce el catalanismo en la ciudad.”
Son dos ideologías que pueden parecer a priori contradictorias, “porque la imagen que ha perdurado del salismo es la de un movimiento reaccionario y españolista, pero durante mucho tiempo Soler i Palet las consigue hacer compatibles”. Especialmente porque, en sus primeros años, el salismo no presenta un españolismo muy marcado, “es nacionalmente más ambiguo, y tampoco tan reaccionario. Se acabará adheriendo al franquismo y al fascismo (la gran burguesía no tenía ningún interés en romper con el Estado), pero en sus inicio era un movimiento más bien ´liberal´, por decirlo de alguna manera”.

De ahí que en la década de 1890 y las primeras del siglo XX, Soler i Palet consiga compatibilizar salismo y catalanismo, entre otros motivos porque ambos discursos “se nutren de unos aspectos similares: el descrédito de la política de la Restauración; que los dos se presentan como opciones regeneracionistas, y la sensación de agravios; en el caso de Terrassa, originados por la sensación de que no tiene el poder y la representatividad que debería por ser gran ciudad industrial, y en el caso catalán, por un Estado que intenta uniformizar en general, y por tanto también a Catalunya”.

Sin ser una biografía de Soler i Palet, la obra sigue su trayectoria en la articulación de ambos discursos, y cómo se enlazan con la política local y la nacional. “Es interesante ver su doble posicionamiento, cuando habla de Barcelona y de Terrassa, y la manera en que su intervención en el espacio público acaba modulando los discursos de cada fuerza, especialmente el salismo, que aprovecha la influencia y capacidad teórica de Soler i Palet para construir su proyecto político y legitimarlo en Terrassa”. 

LOS DATOS

Título: “Terrassenquisme i catalanisme”
Autor: Jan Brugueras i Torrella
Editorial: Fundació Torre del Palau
Precio: 22 euros

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