Dijo que aquello era “un atraco”, se acercó a la caja registradora y robó mil euros. El ladrón ha sido condenado, pero no por atraco, pues el tribunal dice que no empleó intimidación ni violencia. Le han impuesto seis meses de prisión por hurto.
El hecho delictivo fue perpetrado en una frutería de la Rambla d’Ègara el 6 de mayo del 2010. A eso de las siete de la tarde, el acusado entró en el comercio. Aprovechó un descuido de una empleada para aproximarse a la caja registradora pero, no se sabe por qué, a lo mejor por sentirse observado en el último momento, se le ocurrió decir “esto es un atraco” antes de meter la mano y hacerse con el dinero de la recaudación.
El sospechoso fue identificado. El juzgado de lo penal número 3 de Terrassa juzgó al procesado y le impuso una pena de seis meses de prisión por un delito de hurto, pero el implicado presentó un recurso ante la Audiencia Provincial alegando carencia de pruebas.
Según su defensa, no estaba acreditado que el acusado fuese realmente quien perpetró el robo. El individuo manifestó que cuando ocurrió aquello él tenía solvencia económica y no necesitaba sustraer dinero en un comercio por cuya puerta pasaba a diario.
Sin embargo, la Audiencia Provincial considera probada la autoría por la declaración de la frutera, que reconoció al imputado en fotografía y en rueda de reconocimiento, y que ratificó su declaración en el juicio de forma categórica. Había visto perfectamente la cara del autor a unos dos metros de distancia. La resolución condenatoria ha sido confirmada. No constaba la existencia “de ningún tipo de intimidación ni violencia”, indicaba la sentencia. La empresa no reclamó el dinero sustraído.