Poco le importó que aquel malhechor esgrimiese una jeringuilla para amedrentarlo. No iba a consentir que se saliese con la suya y escapase tras cometer aquel robo violento. El ciudadano, de origen lituano, había visto al ladrón robar un bolso de un tirón. Y lo redujo y retuvo hasta que llegaron agentes de los Mossos d’Esquadra y lo detuvieron. Poco después se supo que el mismo sospechoso había perpetrado un atraco a pocos metros, en el sector Montserrat, momentos antes.
El detenido ya está en prisión, acusado de dos delitos de robo con violencia e intimidación y de un delito de amenazas.
El sábado pasado, a eso de las siete de la tarde, la sala de comunicaciones de los mossos recibió una alerta desde la calle de Navarra. La información hablaba de un tirón y de una persona que amenazaba a otra, y de esa otra que trataba de coger al primer individuo para impedir su huida. Una dotación de los mossos se dirigió a la zona, entre la avenida del Vallès y la de Les Nacions, junto al Carrefour y el complejo Terrassa Plaça.
Un hombre mantenía inmovilizado a otro cuando llegaron los agentes. Mientras intercambiaban las primeras palabras con testigos, los mossos se hicieron cargo del asunto: tan pronto averiguaron lo ocurrido, detuvieron a aquel individuo al que otro había reducido por cometer un robo con violencia en la vieja modalidad del tirón. El ladrón había sustraído el bolso a una mujer de 37 años.
Cuando los policías levantaron al presunto tironero del suelo, había una jeringuilla debajo de su cuerpo, Era el objeto con el que, al parecer, había amenazado a su perseguidor para zafarse de él. Eso supieron los Mossos d’Esquadra cuando el testigo les relató lo ocurrido. Y supieron algo más: que el mismo sospechoso estaba involucrado en otro hecho delictivo ejecutado no muy lejos.
La sala de comunicaciones de los mossos difundió esta segunda información a sus unidades: allí mismo, en un aparcamiento comercial cercano, había tenido lugar otro robo poco antes del tirón de bolso y de la tremolina que vino después en la calle de Navarra. Un delincuente había asaltado en el parking a una mujer de 31 años.
La víctima salía de un supermercado cargada de bolsas con productos. Un atracador se le acercó y blandió algo, un objeto punzante, acaso una navaja, quizás una especie de broca. Ella dijo al asaltante que no llevaba dinero y dejó caer las bolsas de la compra. Y el ladrón agarró una y se largó. Ese fue su botín en el primer episodio.
La jeringa
Aún portaba la bolsa cuando, minutos después, dio el segundo golpe en forma de tirón, según fuentes policiales. Los mossos acopiaron indicios para atribuir al mismo sujeto dos robos con violencia e intimidación y un delito de amenazas, las vertidas, jeringa en mano, contra el testigo que trataba de frustrar su huida.
El hombre que redujo al sospechoso y lo tiró al suelo es de origen lituano y tiene 40 años. El que vio truncada su tarde delictiva, el presunto autor de los hechos, es español, vecino de Terrassa y cuenta 48 años. Y en su historial hay varios entecedentes por actos análogos a los ocurridos hace una semana.
El lunes pasó a disposición del juzgado de guardia e ingresó en prisión preventiva.