Es, desde el 2006, el cuarto jefe del Àrea Bàsica Policial (ABP) de Terrassa, la comisaría de la policía autonómica que abarca Terrassa y su comarca natural. Rafael Tello es inspector y fue destinado a Terrassa en calidad de tal a finales de enero. Los acontecimientos se precipitaron con vértigo y Tello (Barcelona, septiembre de 1972) pasó en un mes de ejercer de subjefe a ser aupado a la dirección de la comisaría de Can Tusell, en sustitución de Joan Carles Escobar. No se le ve desubicado. Al revés: se diría que lleva toda su vida en la ciudad a la que se muestra dispuesto a servir con denuedo. A este policía se le derrama la afabilidad. Exhibe casi más sonrisas que palabras. "Es educadísimo y muy currante", dice quienes lo conocen.
¿Por qué Terrassa? ¿Eligió destino?
Bueno, estoy aquí porque el cuerpo de Mossos d’Esquadra decidió que debía venir. Se nos mueve de sitio atendiendo a las necesidades. Salí de inspector a finales del 2017 y llegué a Terrassa. Hacía un mes que era subjefe cuando me hice cargo del ABP.
Se le ve contento…
Lo estoy. Esta es una comisaría muy buena en todos los sentidos: por la gente, por el territorio, por la diversidad delictiva del área, por la excelente relación con las policías locales. Sobre todo, por las personas que me estoy encontrando, tremendamente profesionales e implicadas en su trabajo.
¿Son más destacables en Terrassa esas aptitudes?
Los policías deben tenerlas, por supuesto, y las tienen, pero aquí se perciben nada más aterrizar. Hay mucho talento, un nivel profesional altísimo. Lo había antes y lo sigue habiendo ahora.
¿Qué diferencias ha encontrado entre Terrassa y su comarca y otras zonas en las que ha trabajado?
Podría comparar esta ciudad con Mataró, aunque Terrassa sea mucho más grande. Son similares, por ejemplo, en su estabilidad delictiva. Eso sí, según he comprobado recientemente, aquí surgen problemas cuando nieva. Allí, lo que se activa con frecuencia es el Inuncat. Cuando llegas a Terrassa y ves una ciudad de estas dimensiones, te haces una idea de cómo es.
¿Cuál es la tipología delictiva más en boga, recurrente, y que suponga un reto especial?
En estos momentos, en Terrassa, y no sólo en Terrassa, los robos con fuerza en domicilios. Ese delito centra buena parte de nuestra atención como cuerpo policial. Aunque hayan descendido, seguimos teniéndolos muy en cuenta en nuestro trabajo diario.
¿Cuánto ha bajado la cifra de robos en casas?
En un año, en el periodo comprendido entre marzo del 2017 y febrero del 2018, se han registrado un 5 por ciento menos que entre marzo del 2016 y febrero del 2017. Pero debemos seguir trabajando con ahínco para que baje más.
¿Cómo se puede ser más eficaz en la lucha contra ese delito?
Si ha descendido ha sido por la relación entre todos los actores implicados en la seguridad, porque la colaboración ciudadana es básica. Intentamos ser cada vez más cercanos a la gente, apostar por la proximidad para obtener información que pueda ser relevante en las investigaciones. Difundimos consejos de autoprotección y realizamos muchos controles preventivos, muchos de ellos de paisano. Y nos coordinamos con las policías locales. Somos un cuerpo muy implicado en esta faceta, con un operativo específico para combatir un delito que genera mucha alarma social. Y en ese combate no sólo están las áreas básicas. Hay involucrada mucha gente, tanto de la Regió Metropolitana Nord como de servicios centrales. Eso no siempre lo sabe la ciudadanía, pero es así.
¿Es la coordinación entre policías tan modélica como se proclama siempre?
Con la Policía Municipal de Terrassa, por ejemplo, tenemos contacto directo y mantenemos reuniones semanales. Nuestro reto global es garantizar la seguridad de todos, contando para ello con una coordinación permanente, no sólo con policías locales, sino también con otros operadores, incluso los sanitarios y los bomberos. Y hemos mejorado notablemente en la colaboración con un sector concreto: el de la seguridad privada. De todos modos, los cuerpos policiales y las instituciones son importantes, pero lo importante de verdad son las personas, su cercanía, su confianza, su transparencia. Las personas mueven a las instituciones. En Terrassa me he encontrado también una excelente disposición judicial.
¿En qué sentido?
En este partido judicial la respuesta de los jueces es muy efectiva. Legalista, por supuesto, pero resolutiva y con determinación cuando los policías fundamentamos bien las diligencias.
¿En qué estado moral colectivo está el cuerpo de los mossos? ¿Se percibe una merma de popularidad a raíz del referéndum del 1-O?
Sólo le puedo decir una cosa: las opiniones personales se acaban cuando uno se pone el uniforme.
¿De qué forma afecta al servicio policial diario, cotidiano, la alerta antiterrorista?
Afecta, sobre todo, en la necesidad de que todos los policías interioricen las medidas de autoprotección. Las debemos asumir a diario en nuestro trabajo: en la manera de patrullar, en la manera de hacer los relevos, hasta cuando nos tomamos un café, hasta en el modo de hacerlo. Exige mucho trabajo de información e investigación, un gran esfuerzo, pero no altera ni reduce el día a día de los mossos en sus tareas habituales de proximidad.