Recuperaron dos armas, una detonadora y una de fuego real. Pero creen que alguien usó otra, una tercera, en el tiroteo que se desató el martes en Sant Llorenç. Los Mossos d’Esquadra buscaban ayer esa pistola mientras ultimaban las diligencias de un caso que podría ser tramitado como delito de homicidio en grado de tentativa. Los dos detenidos, uno de cada bando, seguían ayer en dependencias policiales a la espera de pasar a disposición de la autoridad judicial.
La secuencia de hechos que barajan los investigadores arrancó el lunes con una supuesta agresión de un hombre a su pareja, que presentaba lesiones apreciables en el rostro. Y siguió el martes con el episodio de los disparos.
Poco después de las diez de la mañana del martes un individuo, el presunto agresor en el incidente del lunes, llegó a la plaza de la Font Llicona, a pocos metros de la esquina con la calle del Caval Bernat. Allí, se presume, seguía la mujer. Pero, a tenor de lo que ocurrió segundos después, todo apunta a que no estaba sola, a que alguien esperaba la llegada del agresor. Este, según las primeras informaciones, portaba una pistola detonadora, de fogueo, y vestía chaleco antibalas.
Disparó. Desde una ventana, posiblemente desde un cuarto piso, alguien descerrajó un tiro. Y luego hubo unos cuantos disparos más, se calcula que unos veinticinco. Lo que salía del edificio era fuego real.
El portador de la pistola de fogueo se escabulló mientras los proyectiles agujereaban un muro exterior del bloque de pisos de enfrente. La Policía Local de Sant Boi detuvo al sospechoso poco después en esa población y recuperó el arma. Los mossos arrestaron a otro individuo, al que implicaron en la respuesta a tiro limpio desde la ventana. Y requisaron otra arma. Al parecer, falta una tercera.
