Emoción y agradecimiento; los organizadores del Pícnic Jazz de Vallparadís parecían no dar crédito a que, una vez más, el Pícnic haya desbordado todas las previsiones de asistencia de público y, por tanto, haya conseguido una respuesta, de nuevo, abrumadora. Las predicciones del tiempo no eran del todo halagüeñas y, sin embargo, Terrassa y una porción de Catalunya se han volcado en el evento convirtiéndolo de nuevo en una de las citas más importantes del calendario cultural.
Los organizadores cifran entre 25 y treinta mil el número de asistentes de esta vigésima edición, aunque lo cierto es que resulta casi imposible de cuantificar el número real de espectadores en medio de un aluvión constante de idas y de venidas. De todos modos lo que sí está claro es que, cuando la climatología acompaña, el Pícnic alcanza siempre cifras de récord, reafirmando su carácter de “jornada popular, familiar, festiva y musical.” La mejora de la comodidad y de la accesibilidad en la zona del Torrent de la Font d’en Sagrera, adónde el Pícnic recala desde hace cinco años, no evita que a las horas punta sean visibles las aglomeraciones y las colas ante los puestos de comida y bebida (que el domingo pasado fueron especialmente relevantes.)
Atractivos musicales
Varios fueron los reclamos puestos en danza, además de la convivencia; sin duda el principal de los atractivos fue el musical, con un cartel en el que convivieron formaciones de estilos distintos, aunque siempre orientados a un amplio abanico de público.
La jornada se abrió de la misma forma que viene haciéndose desde la primera edición, con el concierto de La Locomotora Negra, esta vez acompañada de un invitado de lujo, Llorenç Santamaría (que intervino en tres temas.) El veterano músico se convirtió en ocasional crooner de la banda logrando convencer sobradamente a la audiencia. Con todo, siguió siendo Ricard Gili y su inefable imitación de Louis Armstrong quien cerró esta apertura de La Locomotora Negra.
El flamenco-jazz de Antonio Lizana llegó a la hora de la comida, y de las colas. Hubo quienes escucharon su concierto en medio de larguísimas filas ante las cabinas de lavabos, ante las paradas de comida, ante las de bebida…. En muchos rincones del césped no cabía ni un alfiler.
El músico desnudó su alma y su arte con su voz jonda y su saxo danzante; un palmero y bailarín le dio la réplica en medio del júbilo del respetable, mientras desgranaba muchos de los temas que incluye en “Oriente”, su trabajo más reciente. Y además hizo una atractiva incursión en otro de los estilos en los que ahondado, el gnawa, interpretando sus hipnóticos ritmos mientras emulaba el sonido de las qarqabas con su voz.
La emoción de Lizana delante de la audiencia fue palpable, “esto no lo olvidaremos en la vida”, se atrevió a aventurar. Pero es que además la cita coincidía con su 32 aniversario, por lo que los organizadores le obsequiaron con una tarta de cumpleaños para que pudiera soplar las velas ante la audiencia. Más tarde, se agotaron los cedés (44) en la carpa de la organización, que Lizana en persona firmó a sus fans.
La única fémina del cartel subió al escenario a continuación, Myriam Swanson, luciendo descaro y desparpajo a la hora de presentar su proyecto Magnolia. La artista barcelonesa desplegó sus incendiarias dotes como performer, cantante y compositora, aprovechando para contar episodios de su vida íntima y de relación con sus ex. En todo momento estuvo exultante de energía y mostró su versátil voz con temas propios y ajenos en los que primó el swing y el rhythm’n’blues clásicos.
Al finalizar su concierto ya habían asomado unos nubarrones negros que, sin embargo, no lograron disuadir a la mayor parte del público.
No en vano, entre las centenares de personas que quedaban, estaban los más incombustibles; estos recibieron a Ray Gelato & the Enforcers y su homenaje al swing, al jazz clásico y al legado de Louis Prima bailando sin parar, ¡incluso con el paraguas abierto!, cuando cayeron cuatro gotas.
Entre uno y otro concierto hubo una sola nota discordante; mientras Susanna Carmona y Xavi Gómez, del Gremi d’Hostaleria, hablaban del Menjazz y daban a conocer el resultado de un sorteo de escaparates, un grupo de personas accedían a la azotea de la Bd3, colgaban una pancarta con el lema “Llibertat presos polítics” y lanzaban unas bengalas con un humo amarillo de olor intenso que cubrió a buena parte de los participantes de esta fiesta musical. A la vez inundaron todo el parque de papeles amarillos con idéntico lema, y se desplegó desde el puente otra pancarta gigante con un lazo amarillo y con el lema en inglés “It’s just about freedom.” Tras este inciso, quienes ocupaban el escenario pudieron terminar su intervención.
La acción atribuida a CDR Terrassa (Comité de Defensa de la República) coincidió con la visita de la expresidenta del Parlament de Catalunya, Carme Forcadell. La ahora diputada de ERC visitó el “backstage” y se fotografió con los organizadores y con los regidores de ERC en Terrassa Pep Forn, Carme Labòria, Carles Caballero e Isaac Albert, entre otros afines. Con todo, a Forcadell ya se la vio abandonar el parque antes de la acción reivindicativa.