El nacimiento del Pícnic Jazz, hace diecinueve años, coincidió con una época de auténtico esplendor del evento jazzístico, que comenzó a gestarse un año atrás con la entrada como entidad patrocinadora de “la Caixa.” Esa época dorada duraría hasta más allá del 25 aniversario del festival, con un incremento exponencial y muy significativo del número de actividades, de conciertos y de estrellas del jazz que iban a pisar la Nova Jazz Cava a lo largo de la primera década del siglo XXI. Basta con echarle un vistazo a la programación de aquellos años para atisbar un crecimiento que, pese a la crisis económica global, ha logrado mantenerse hasta nuestros días.
En gran medida, el Pícnic Jazz ha contribuido a convertir a este evento en un referente de la escena catalana, española e, incluso, europea, manteniendo la condición de festival estratégico y de acontecimiento ineludible para los aficionados.
El Pícnic Jazz nació el 14 de marzo de 1999 en la zona del Torrent de les Bruixes, y ya ese día comenzó con un modelo de oferta y programación que se ha ido manteniendo en los años siguientes. En aquella primera edición los protagonistas musicales fueron La Locomotora Negra, el Quintet d’Egara, el grupo de Amos Garrett, el quinteto de Gene “Mighty Flea” Conners, la Vella Dixieland amb Txell Sust i Josep Maria Farràs y la Barcelona Big Latin Band.
Desde entonces, el protagonismo de La Locomotora Negra como formación encargada de la apertura de esta gran fiesta musical se ha mantenido inamovible, fijada en el calendario como una tradición que ya dura casi veinte años.
Aquella primera edición fue ya un éxito abrumador; la asistencia se cifró entre quince y veinte mil personas. Desde entonces, las cifras han ido variando dependiendo de la climatología; ningún Pícnic se ha tenido que cancelar, pero sí ha llovido en más de una ocasión. Se han visto paraguas, ha estado nublado, ha hecho frío o ha lucido un esplendoroso sol. Pese a las inclemencias, las cifras han superado los diez mil asistentes, alcanzándose la presencia de entre 25 y treinta mil espectadores en los años de mayor trascendencia.
Las catorce primeras ediciones se celebraron en aquel espacio inicial, entre estrecheces y anécdotas. La grada natural frente al escenario culminaba en un riachuelo en el que acababan sumergiéndose los más pequeños. Aumentaba el genio de la audiencia: algunos ya comenzaban a llevar el juego de cámping completo o mejoraban el menú. Con el tiempo, los servicios se fueron modificando, con menús para todos los gustos… Pero acabó imponiéndose la tradición de llevar la taifa de casa.
Las primeras ferias
A los puestos de comida y bebida, acabó sumándose con el paso de los años una oferta algo más comercial. En el año 2003 se inició la Fira del Disc, de la que se cumple otra efeméride significativa, la 15ª edición. También casi redondo es el aniversario de la Fira d’Artesania, que en este caso alcanza la quinta edición, tras haberse inaugurado en 2014.
Precisamente aquella feria nació gracias al cambio más relevante que ha experimentado el Pícnic Jazz en todos estos años: su traslado al escenario de la carpa de la zona sur del Torrent de la Font d’en Sagrera, en 2013. La idoneidad de este espacio se hizo patente desde el primer momento; el público ganó en visibilidad y en comodidad, aunque se han convertido en inevitables los atascos en las horas punta, cuando coinciden al mismo tiempo miles de personas, imposibles de contabilizar, en los caminos de aquel tramo del parque.
Pese a que el Pícnic ha sido en todo momento una fiesta social, en la que ha prevalecido un ambiente estupendo y la buena convivencia, los auténticos grandes protagonistas han sido los músicos que han protagonizado muchas veces actuaciones memorables ante una audiencia muchas veces atenta y entusiasmada.
Hasta la fecha, esta propuesta gratuita ha presentado 87 conciertos programados, nacionales e internacionales, de músicos emergentes y veteranos, de intérpretes jóvenes y más granados.
Entre los conciertos más sonados han destacado las actuaciones de cierre, habitualmente protagonizadas por artistas de blues, funk o géneros afines que han logrado levantar a la audiencia de sus mantas o del césped, y que han despedido la fiesta entre ritmo y baile.
La cita ha acogido a músicos de la categoría de Jesse Davis, Scott Hamilton, Phil Guy, Eric Sardinas, Tom Principato, Axel Zwingenberger y, entre los nacionales, Lucky Guri, Llibert Fortuny, Raynald Colom, Carles Benavent, Amadeu Casas, Big Mama o Dani Nel·lo. Formaciones legendarias como Pegasus, el Quintet d’Egara o la Vella Dixieland han puesto también su grano de arena; en suma la programación ha basculado entre los conciertos más populares y aquellos en los que se ha priorizado la autenticidad jazzística.
Relevantes músicos
Poco le queda por demostrar ya al Pícnic, más que afianzar su condición de gran fiesta en familia, de 0 a 99 años, un evento capaz de atraer no sólo a ciudadanos y ciudadanas de Terrassa sino a una audiencia llegada de diferentes puntos de la geografía. Tanto es así que el evento coincide desde hace doce años con un stage de swing, al que llegan bailarines foráneos, y cuenta también con un pack turístico específico para este fin de semana.
Para sus organizadores, ya “no se trata de perseguir mayor participación año tras año, sino de conseguir consolidar la actividad más participativa del certamen con una programación de calidad y atractiva para todos los públicos, de carácter familiar”, matizan.