Opinió

¿Merecen los animales nuestro respeto?

Pienso firmemente que sí. Y para poner un ejemplo de mi convencimiento explico aquí un hecho, de entre los muchos ejemplos que podrían ponerse, el cual tuve la ocasión de ver hace unos días en un reportaje de televisión, y que me movió profundamente. Se trataba de un pequeño animalito de tan sólo dos centímetros, concretamente una rana, el cual me demostró la gran sensibilidad que incluso estas especies pueden llegar a tener, pues consiguió salvar a infinidad de pequeñas ranitas que estaban a punto de perecer en una charca al sol. Sin embargo la pequeña rana con gran esfuerzo fue trasladándolas una a una en su lomo, hasta depositar a todas en la copa de un gran árbol, cuyas grandes hojas habían acumulado agua suficiente como para cobijarlas.

Ya el hecho de por sí es extraordinario, sin embargo que un animalito tan pequeño tuviera que recorrer unos 800 metros en total hasta acabar con su tarea parece increíble. En realidad habría que hablar de heroicidad. Todo un ejemplo para nosotros, los seres humanos.

Sin embargo más respeto me merecen otras especies de animales, los llamados animales útiles o animales de consumo: conejos, gallinas, ocas, ovejas, vacas, toros, cabras, cerdos y un sinfín de animales más que se podrían enumerar, incluyendo los animales de caza y los millones de toneladas de peces que son devorados por el insaciable ser javascript:cargarFckEditor(‘pTexto’);humano. Todos matados en plena juventud únicamente para el consumo humano. Sobre todo los que malviven en establos y granjas más parecidos a cámaras de tortura, donde se pisan unos a otros y sufren por la falta de espacio, enjaulados y aprisionados. Cerdos enfangados en sus propios excrementos, gallinas que se pican y se mutilan unas a otras. Millones de vacas a las que les son arrebatados sus terneros para que la producción de leche vaya destinada al ser humano, y mil ejemplos más que se podrían poner sobre la atrocidad humana en este planeta. Sin embargo ningún animal se acostumbra a esta horrible vida, a ellos se les obliga a vivir así. Más de una persona saldría de dudas al respecto al comprobar que por ejemplo a los animales que disponen de agua limpia les encanta asearse a diario. A ellos les gusta el agua como nos gusta a nosotros, los seres humanos. A las vacas les gusta disfrutar de sus terneros; a los cerdos, su libertad en espacios abiertos, y a las gallinas, vivir en el campo. Ahora hablaré de cifras, pues al parecer se matan al año en todo el mundo alrededor de 45 millones de animales para el consumo humano, ¿no es esto una barbaridad? Por poner un ejemplo en relación a la caza diré que en el año 2003 se mataron más de quince millones de animales salvajes, a los que habría que añadir los miles de animales utilizados en los laboratorios de experimentación. Como dato a señalar diré que un carnívoro al final de su vida habrá sido el causante de la muerte de unos 450 animales aproximadamente, en mi opinión una gran carga para su conciencia y una gran carga para su salud. Estimado lector sepa que la Tierra da al ser humano todo lo que necesita para vivir sin necesidad de tener que matar ningún ser vivo, pues los animales no están puestos para ser matados y mucho menos devorados. Llegados a este punto quisiera recordar cómo en una ocasión un persistente bromista me preguntó: "¿Entonces tú no comes carne?", a lo que yo le respondí: "No, yo no como cadáveres".

Me sorprendió su cara de incredulidad, lo que me hizo pensar si realmente era consciente de que la carne que él comía no era producto de la huerta.

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