Terrassa

Adiós al Carnestoltes más incendiario

Como cada año, ayer, en el Parc de Vallparadís, se cumplieron los augurios más negros: L’ Esparver y las fuerzas de la Cuaresma vencieron a los últimos partidarios del Carnestoltes, este año Rei Capdetrons, y no hubo más remedio que dar por acabado el carnaval. Han comenzado los cuarenta días de abstinencias y penitencias. Pero también como en cada miércoles de ceniza, el Carnestoltes dejó a Terrassa su testamento, leído en la ceremonia de su quema por el Bisbot y en el que, como es tradición, criticó sin pelos en la lengua y envió a la hoguera a políticos, instituciones y actitudes de actualidad.

"Nunca me cansaré de clamar contra los intransigentes que no entienden el espíritu de transgresión y ‘disbauxa’ de nuestro Carnestoltes", comenzaban estas últimas voluntades. Los primeros "que han de quemar son los que mi cartel hicieron censurar", y luego, y entre otros, "los del ‘ciento cinquenta i cinco’, peperos, ciudadanos y socialistas, y especialmente la Virreina Soraya y el Virrei Millo que al pueblo catalán el poder han usurpado", y los de "la doble moral, nacionalespañolistas que con la ‘unidad de la patria’, esconden los verdaderos problemas sociales y su propia incapacidad".

Por la marihuana legal
También el Rei Capdetrons envió a la hoguera a "todos los integrismos", "los acosadores de todo tipo", "la justicia franquista y del Opus Dei, mirando de cara al sol, que acusa y encarcela al gobierno catalán, y especialmente a nuestros conciudadanos Josep Rull y Lluís Puig". Asimismo a "la Conyvergència i Unió, corruptos del tres por ciento". Y en "Tetassa", que "ya es capital del cultivo de marihuana mundial, en la hoguera han de quemar los que a sus humos no nos dejan husmear". Este año, no obstante, Carnestoltes salvó de la quema "por los pelos" a Mascarada, "por infieles a la tradición del programa transgresor". Y acabó el Rei Capdetrons diciendo, antes de soltar otra más gorda, que de este mundo no podía marcha "sin justicia y libertad clamar para los presos y exiliados políticos catalanes".

Seguicio mortuorio y quema
El Enterrament del Carnestoltes, con todos sus personajes tan cargados de simbolismo, es el acto más propio de nuestro carnaval, que todo terrassense debe ver al menos una vez en la vida, y ayer volvió a demostrar su singularidad y espectacularidad. Comenzó con la Rua Mortuoria, impresionante en su lúgubre recorrido desde el Raval hasta el Parc de Vallparadís. Un coche de caballos fúnebre llevaba el cadáver del Carnestoltes, custodiado por los Armats, centro de una comitiva que también incluía su afligida viuda, La Pàjara, de luto, las lloronas, los miembros del jurado, los esqueletos, los Nans, los "torxers", el Fantasma de la Mort.

"Este me ha durado tanto como el del año pasado", dice La Pàjara para empezar el espectáculo de la quema , que como siempre reunió mucho público en Vallparadís. Los Armats juraron defender los restos del carnestoltes, y tras el baile de Nans y la lectura del testamento, los Diables se hicieron con el cadáver y leyeron sus escatalógicos "versots".El baile de las doncellas precedió la aparición del Esparver, el más ferviente adepto de la Cuaresma. Capdetrons fue quemado, y los bailes de los Bastoners y de espectros preludiaron la aparición del Fantasma de la Mort. La sardinada popular que siguió fue el definitivo punto final al Carnestoltes 2018.

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