La encuesta sobre la salud del comercio que publica la Escola Universitaria de Comerç (Escodi) revela que el sector comercial catalán ha visto frenarse durante los últimos meses de 2017 la recuperación que registraba desde hace cuatro años. Las tiendas aseguran que se ha desacelerado el ritmo de las ventas y para combatir sus efectos continúan ajustando márgenes. El objetivo, mantener beneficios, aunque para ello haya que sumarse al “low cost”.
En las tiendas, el motor de compra sigue siendo la búsqueda de precios más económicos. Escodi apunta a una “burbuja del descuento” que arrastra al comercio a un constante recorte de precios y de márgenes comerciales, como única vía para adaptarse a los nuevos hábitos de consumo.
En la encuesta de Escodi, en la que han participado 1.200 tiendas de todos los formatos, desde el pequeño comercio hasta las grandes cadenas, sólo un 18 por ciento de los preguntados aseguran haber aumentado los márgenes comerciales el pasado ejercicio. Más de la mitad apenas ha logrado mantenerlos, mientras un 29 por ciento ha reducido márgenes.
Ese sacrificio en los márgenes ha acabado repercutiendo en positivo en los beneficios finales. Durante 2017, un 69% de los encuestados han logrado mantener o aumentar beneficios. Según esos datos, el grueso de los comerciantes habría salvado el ejercicio. De hecho, el número de comerciantes que ha visto como sus beneficios caían a final de año es inferior a ejercicios anteriores. Hace cuatro años eran muchos más. Perdían ganancias más de la mitad de los encuestados.
Otro dato probaría que el sector comercial mantiene su dinamismo pese a la caída de las ventas y a verse obligado a reducir márgenes para sobrevivir.
El dato de apertura de nuevas tiendas vuelve a ser positivo. Casi la mitad de los encuestados, un 47 por ciento, admite haber abierto un nuevo punto de venta durante 2017, frente al 21 que ha cerrado. En la encuesta de 2013 sólo un 5 por ciento de los comerciantes se habían animado a expandir su negocio.
El freno al crecimiento de las ventas estaría relacionado también con la confianza del consumidor, que tocó techo en diciembre de 2015 y se ha estancado a principios de 2018, según el CIS.
Escodi ha preguntado a los comerciantes sobre el estado de ánimo de sus compradores y la percepción de que han decaído las ganas de comprar es mucho mayor finalizado 2017 que un año antes. Sólo un 17% de los empresarios del comercio aprecian una mejora en los ánimos de los consumidores.
La coyuntura política ha sido uno de los factores que entre octubre y diciembre de 2017 frenaron las ventas en Catalunya, aseguran los encuestados. Ocho de cada diez relacionan la bajada de ventas del pasado otoño-invierno con el proceso de independencia en Catalunya y un 39% lo atribuyen también a la coincidencia de la campaña electoral del 21D con la de Navidad. El auge de las compras por internet y las buenas temperaturas también son percibidas como un factor de freno al consumo.