La encuesta de Escodi concluye que la irrupción del Black Friday, el viernes negro en que las marcas pulverizan sus precios siguiendo al estela de EEU, y la muerte de las rebajas como campaña estanca, han alterado las dinámicas de consumo y con ellas, los parámetros de negocio del sector.
Según el estudio, 8 de cada diez comerciantes vieron bajar sus ventas durante la temporada de otoño de 2017, rompiendo con la dinámica alcista de los últimos años, y un 40 por ciento aseguran haber bajado beneficios durante la campaña de Navidad.
El comercio se ha adaptado al nuevo calendario para ajustar su oferta a los hábitos de consumo actuales. Tres de cada cuatro tiendas participaron en el Black Friday (sólo la mitad lo hicieron en 2016), comprobando cómo buena parte de los consumidores adelantaban sus compras de Navidad. Esa nueva dinámica llevó al pequeño comercio a sumarse a la campaña de hiper descuentos para no perder ventas.
El resultado, un 42 por ciento de los encuestados aseguran que el Black Friday ha afectado negativamente a las ventas de Navidad y sólo un 5 por ciento afirman que finalmente las ventas navideñas fueron mejores. El 64 por ciento de los encuestados afirma que la campaña navideña, la más importante del año, se ha mantenido o mejorado. Son menos que en años anteriores.
Escodi concluye además que con la desestacionalización de las rebajas, "este formato de venta pierde fuerza". Superada la campaña de descuentos, el 34 por ciento de los comerciantes aseguran haber perdido ventas y sólo un 14 por ciento admite haberlas aumentado en rebajas.
La encuesta revela que prácticamente la mitad de los establecimientos comerciales -un 48%- respetaron el calendario tradicional y empezaron las rebajas el lunes 8 de enero (el 7 cayó en domingo).
Un 20 por ciento de las tiendas empezaron las rebajas por Navidad y un 16% aprovechó el Black Friday para dar el pistoletazo de salida a los grandes descuentos, manteniéndolos toda la campaña navideña. Otro 16% reconoce hacer descuentos todo el año.