Roger Batalla, de Terrassa, afronta hoy un doble reto teatral. Por un lado, estrena como actor y traductor de "Llibres per cremar", de Amélie Nothomb, en el Teatre Maldà de Barcelona. Y de otro debuta como productor al frente de la compañía Pyros, que ha creado para llevar a cabo este montaje pero con el propósito de hacerse un hueco destacado en la escena dramática.
Batalla habla con pasión sobre la obra de Nothomb. "Es una obra muy interesante en contenido en tanto que reflexiona acerca de la importancia de la cultura en tiempos de guerra. La autora nos interpela si seríamos capaces de quemar libros si estos fueran un recurso para sobrevivir".
Tres personajes serán protagonistas de este dilema que plantea la escritora belga: Un profesor universitario, que encarna Ramon Vila; su docente asistente, Daniel (Roger Batalla) y la amante de éste, Marina, que interpreta la joven actriz Paula Sunyer. La dirección recae en Blanca Bardagil. Los dos últimos están alojados en casa del profesor universitario para refugiarse de los bombardeos de la guerra. Una guerra que no se especifica pero que salen algunas referencias como el incendio de la Biblioteca de Alejandría y las quemas de libros del nazismo, entre otros.
La clase intelectual
Batalla subraya la personalidad literaria de la escritora. "Hace unos años leí un libro de Nothomb y me pareció muy bueno, y tiempo después hallé esta pieza "Llibres per cremar" que traduje al catalán con la intención de llevar a escena. Esta autora me llamó en seguida la atención. Es muy culta e inteligente". Para el actor, uno de los rasgos más comunes en sus obras -casi siempre novelas- es la crítica que hace a la clase intelectual. Es decir que ahonda en este colectivo para llegar a decir que no siempre actúan como piensan o hablan. En muchas ocasiones se muestran grandes defensores de valores éticos que en su forma de ser quedan en entredicho porque en el fondo son egoístas e hipócritas".
El actor dice que en "Llibres per cremar" este grupo de intelectos se constata con el profesor universitario y también con la pareja de refugiados, aunque quien llevará el debate al límite será Marina, la más joven de los tres. "Es un triángulo en el que afloran sentimientos de todo tipo y la alumna es la que plantea la idea de quemar los libros para resguardarnos del frío". Añade que durante la traducción al catalán y los ensayos se cuestionaron qué libro salvarían de su biblioteca o de su bagaje aunque murieran de frío. El actor responde que es una pregunta muy difícil. "No he leído suficiente aún para poder elegir. Hablando con el equipo me gustó la respuesta de la directora de la obra que dijo que era complicado porque cada época salvaría un libro diferente".
Teatro existencialista
Batalla, tras unos minutos de silencio en la conversación, se atreve a citar algunos títulos. "A los 20 -ahora tengo 37- hubiera salvado "La insoportable levedad del ser", de Milan Kundera; a los 30 "Vida privada" de Josep Maria de Sagarra y a los 40 pues no lo sé. Sí que hay dos obras que me marcaron "Los justos" de Albert Camus y "El diablo y el buen Dios" de Jean Paul Sartre". Dos autores franceses donde el tema del existencialismo está muy presente y que Batalla también quiere que sea un "leiv motiv" en sus montajes y producciones. "Con esta obra, que es la primera vez que se representa en el Estado español, inicio el camino con mi compañía Pyros. La he creado para representar textos que a mi me gustan, que hablen del individuo, y con los que puedo aprender".
El actor considera que producir es una aventura arriesgada pero que ahora se la puede permitir. "El año pasado gané el concurso "El gran dictat" de TV3 y tengo un cojín de lujo para invertir en mi profesión". La obra "Llibres per cremar" estará en el Maldà hasta el 4 de marzo y se verá en Terrassa en la próxima temporada.