Ella quería visitar al compañero de piso de él, pero ese amigo no estaba allí. Él aprovechó la presencia de la mujer para ofrecerle un encuentro sexual que ella rehusó. A él no le importó la negativa. Presuntamente, la empujó, ella gritó y logró agarrar al agresor de los genitales, y morderle en una mano, pero no consiguió impedir la agresión sexual. El tipo fue detenido minutos después. Ocurrió hace poco más de un año en una vivienda de Terrassa y el juicio será el martes, en principio. La fiscal reclama una pena de doce años de prisión y diez años más de libertad vigilada. Y una indemnización de 20.000 euros.
El presunto autor de los hechos es un ciudadano de origen ecuatoriano, según cuenta el Ministerio Fiscal en su escrito de acusación, firmado en noviembre pasado. Los relojes marcaban la medianoche del 15 de enero del 2017. El procesado estaba en casa. Una mujer estaba allí también, sin saber que la aguardaba una noche infausta. Había acudido al domicilio a visitar al compañero de piso del acusado, pero ese amigo no se encontraba en la vivienda.
El acusado propuso sexo a la víctima. Ella dijo "no", pero poco importó. El encausado reaccionó a la negativa empujando a la chica, según la fiscal. La tiró a un colchón depositado en el suelo.
No, no. Ella gritó, "fuerte y reiteradamente" pidiendo auxilio y se resistió. Tanto, que cogió al agresor de los genitales. Tanto, que llegó a morderle en una mano "para intentar zafarse", cuenta la fiscal.
Forcejeó cuanto pudo, pero no consiguió evitar la violación. Él tenía más fuerza e inmovilizó a la víctima agarrándola del cuello y de la mandíbula. Le tapó la boca. Cuando estaba inmovilizada, la acarició, le tocó el cuerpo y la besó en la boca. Le dijo que a él "no se le paraba" y que sólo pretendía darle caricias. La desnudó del todo y le mordió la boca y en varias partes del cuerpo, y la lamió.
"Ahora me vas a decir que no te gusta", le espetó, cuando ella había recuperado la oportunidad de chillar implorando ayuda. Y la penetró, con los dedos.
Alguien había escuchado los gritos de la agredida y no se quedó impávido. Llamó a la policía. Agentes locales llegaron al edificio y entraron en la vivienda cuando el agresor consumaba el ataque sexual.
No ha trascendido si los policías municipales derrribaron la puerta. Sí, que detuvieron allí mismo al procesado y lo llevaron a los calabozos, donde instruyeron diligencias penales. Unas horas después, el 16 de enero, el juzgado de instrucción número 4 de Terrassa acordó el ingreso del detenido en prisión provisional y sin fianza.
Médicos forenses exploraron a la mujer. Había sufrido, según el informe incluido en la acusación, inflamaciones (con manchas rojas) en los brazos y el cuello, y debajo del mentón hasta el área esternoclavicular. Presentaba lesiones epidérmicas en la clavícula izquierda y una erosión perianal. Las lesiones tardaron en curar siete días.
Juicio
El juicio se deberá celebrar en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Barcelona, que ha señalado la vista oral para el próximo martes. El Ministerio Público dice que el reo es autor de un delito de agresión sexual con penetración y considera que debe ser condenado a una pena de doce años de prisión y a diez años de libertad vigilada después del cumplimiento de la privación de libertad. E interesa que se prohíba al procesado acercarse a menos de mil metros de la víctima (y que se comunique con ella) durante un periodo superior en diez años a la pena de cárcel.
La acusación pública propone al tribunal que impida la confrontación visual de la víctima con el acusado en el juicio y ha pedido la comparecencia de dos testigos y de los policías que aquella madrugada irrumpieron en la vivienda y arrestaron al sospechoso.
LA INDEMNIZACIÓN
20.000 euros. La fiscal reclama que el acusado pague a la víctima una indemnización de 20.000 euros: 19.500 por los perjuicios morales y psicológicos y 500 por las lesiones