Los siete conjuntos de la demarcación de Terrassa que militan esta temporada en Tercera Catalana lo hacen repartidos entre los grupos sexto y séptimo. Y dos conjuntos egarenses lideran ambos grupos una vez finalizada la primera vuelta de la liga. En el sexto, el San Lorenzo es primero. El conjunto del ex técnico del Can Parellada Juan Carlos Cazorla ha conseguido cerrar una extraordinaria primera vuelta, mientras que en el grupo séptimo manda el Juan XXIII, que tiene un punto más que el Viladecavalls, otro de los firmes candidatos a conseguir el ansiado ascenso a Segunda Catalana.
En el grupo sexto de Tercera Catalana, la penúltima categoría en importancia del fútbol catalán, el equipo de Sant Llorenç no sólo es el mejor sino que le saca ya ocho puntos al segundo clasificado, el Athletic Rubí. Los egarenses han cerrado la primera vuelta con un balance de catorce victorias, un empate y dos derrotas. Acumulan 43 tantos a favor y han encajado 20 en las diecisiete jornadas que componen la primera vuelta que finalizó el pasado domingo.
En esta primera fase del campeonato, el San Lorenzo sólo ha tropezado con tres equipos. Empató a uno en la tercera jornada en Rubí ante el Juventud 25 de Septiembre y perdió en la séptima jornada por 2 a 1 ante otro conjunto rubinense, un Athletic Rubí que ocupa la segunda posición. Cayó también en la penúltima jornada de la primera vuelta ante el Tibidabo Torre Romeu sabadellense por 1 a 0. Sus dos derrotas se produjeron fuera de casa y por la mínima. En su feudo, el San Lorenzo presenta un impecable balance de ocho victorias en ocho jornadas, con un excelente resumen goleador de 27 tantos a favor y 10 en contra. Es decir, los ocho únicos puntos que ha cedido en esta primera vuelta los ha cedido lejos de su campo.
Firme candidato a subir
El primer equipo de la UD San Lorenzo se ha convertido en uno de los más firmes candidatos al ascenso. No sólo por el hecho de sacarle ya ocho puntos al segundo (serían 14 de haber ganado el duelo entre ambos) sino también porque está desarrollando un excelente fútbol, con muchas ocasiones de gol y resultados bastante contundentes.
El San Lorenzo, no en vano, se ha fijado el ascenso como objetivo, ya que la pasada temporada descendió de Segunda Catalana tras acabar en la antepenúltima posición con 33 puntos y después de haber perdido la mitad de los 34 partidos del campeonato. Las dos últimas plazas de este grupo sexto son para los otros dos conjuntos egarenses. La EF Bonaire es penúltima con 13 puntos y el Pueblo Nuevo 2002 colista con 12. Son los equipos que menos victorias han sumado en esta primera parte de la competición, concretamente tres cada uno.
Un grupo prometedor
Bastante más prometedora es la situación que viven los cuatro conjuntos locales que están encuadrados en el grupo séptimo. En su tercera temporqada consecutiva en la categoría, el Juan XXIII aspira a encadenar en pocos meses su segundo ascenso en cuatro años, lo que significaría que abandonó en su día la Cuarta Catalana para instalarse definitivamente en Segunda.
El conjunto del barrio de Les Arenes, entrenado por Gabriel Bravo, lidera este grupo séptimo con un total de 37 puntos. Y todo ello gracias a un balance de once victorias, cuatro empates y sólo dos derrotas, con unos equilibrados números de 38 tantos a favor por 16 en contra. Sólo ha perdido en esta primera vuelta ante el Puigcerdà, como local en la séptima jornada por 0 a 1 y frente al Súria, también por la mínima (1-2) en la novena fecha. Fueron dos derrotas en casa en un lapso de sólo tres jornadas.
La igualdad entre los primeros clasificados de este grupo séptimo es enorme. Los cinco primeros (Juan XXIII, Viladecavalls, Pirinaica, Cardona y Can Parellada) están separados solamente por tres puntos de diferencia, o lo que es lo mismo, una victoria. Tanto el Viladecavalls (segundo a un punto del líder) como el Can Parellada (quinto a siete) son dos claros aspirantes a subir directamente o a promocionar. Algo más descolgado, en octava posición, figura el Sant Pere Nord.