La madre firmó la recepción de un paquete que llevaba su nombre. Eran dos hamacas que ocultaban un kilo de cocaína. La madre fue detenida, pero su hijo, presuntamente, asumió su responsabilidad: el paquete era para él. La progenitora fue liberada pero él ingresó en prisión. La Audiencia Provincial de Barcelona ha señalado para hoy el juicio y el fiscal pide una pena de nueve años de prisión y una multa de 800.000 euros.
El año pasado, antes del 6 de junio, el acusado "u otra persona en su nombre" encargó el envío de la droga desde Brasil, asegura el Ministerio Fiscal. En el paquete postal figuraba como destinataria una mujer. La dirección era un piso próximo a la carretera de Matadepera; la vivienda de la abuela del procesado, añade la acusación.
La Guardia Civil detectó el bulto y su contenido en el aeropuerto Madrid-Barajas. Pidió la autorización judicial para realizar una entrega controlada y el paquete llegó al domicilio a las once de la mañana del 12 de junio. La mujer tuvo que firmar la recepción.
Aquellas personas que le entregaban la mercancía eran guardias civiles. La detuvieron, pero la dejaron en libertad cuando el hijo asumió "la responsabilidad del paquete", indica el fiscal. Y añade que el bulto contenía piezas de ropa y hamacas "impregnadas en cocaína": una hamaca llevaba 519 gramos de droga; la otra, 492 gramos. La sustancia hubiera alcanzado un precio de 196.925 euros en el mercado.
La Guardia Civil relacionó la detención del acusado con un grupo de presuntos narcotraficantes que tenía su base de operaciones en Terrassa, aunque en el juicio previsto para hoy sólo se sentará en el banquillo el procesado por la supuesta recepción de la coca.
En diciembre pasado, el instituto armado informó de la desarticulación de un grupo delictivo especializado en enviar cocaína desde Sudamérica impregnada en objetos, incluida ropa. La operación se inició con la detención llevada a cabo en Terrassa en junio, pero, según la Guardia Civil, los investigadores concluyeron que el arrestado por las hamacas formaba parte de una estructura más extensa. Ese grupo captaba a "mulas", a personas que cedían sus datos personales y sus direcciones para recibir la paquetería procedente del continente americano.
Una vez recibida la mercancía, esos intermediarios la entregaban al líder de la organización, quien extraía la coca, la transformaba en polvo, la mezclaba con otras sustancias y la vendía, según explicó la Benemérita.
Hubo cuatro detenidos, todos egarenses. Los agentes registraron dos inmuebles en Terrassa y uno en Rubí. En esta segunda localidad hallaron 352 plantas de marihuana, dos escopetas recortadas, ocho básculas de precisión y una prensa artesanal.
