A los terrassenses José y Margarita no se les ha ocurrido otra cosa que adoptar un perro esta semana, justo después del periodo navideño gravoso y devorador de haciendas. Según muchos expertos en consumo, afrontar un gasto así, aunque loable, no es la mejor manera de acometer la consabida cuesta de enero, que más que cuesta deviene a veces pared vertical. La cuesta posnavideña empieza para una buena parte de los ciudadanos, sin embargo, en unos días. O sea, a partir del próximo lunes, día 15. La razón: algunos pajes rezagados de los Reyes Magos apuran las fechas para regalos aplazados y si no, la tentación de las primeras rebajas suple esos rezagos. Las recomendaciones para contener esa resaca y apretarse el cinturón, como deberán hacer los dueños adoptivos del can con nueva familia, son numerosos y variopintos. Algunos, de simple sentido común.
La revista Consumer aconseja no formalizar nuevos créditos para afrontar gastos si aún no se han amortizado otros préstamos. Parece de cajón, como el consejo de huir de gastos extraordinarios y ajustarse la correa "para satisfacer las necesidades más básicas".
Un punto en el que coinciden tanto esta revista de Eroski como otras publicaciones especializadas es el que se refiere a tirar de despensa en estos días. "Con seguridad, habrán sobrado buen número de latas y alimentos variados de las cenas y comidas de las fiestas. En los días posteriores a las celebraciones pueden tener salida y, de esta manera, se contendrá un poco el gasto derivado de la alimentación", sostiene la publicación de consumo, que propone también contratar productos financieros para el ahorro e inversión "que ayuden a llevar mejor estos primeros meses del año". No conviene, empero, "asumir nuevos gastos" como los de reformas en el hogar, cambios en el mobiliario o adquisición de un nuevo vehículo. "Lo más aceptable es dejar estas tareas para otro periodo del año en el que el saldo de las cuentas no esté tan comprometido", añade la revista, que sugiere utilizar este momento "para mejorar las condiciones del contrato con el servicio de la luz o el gas". Poner en alquiler propiedades que no se usen es buena idea para conseguir un extra de renta.
El comparador de precios online Idealo, con más de doce millones de usuarios en seis países, ha difundido esta semana cinco recomendaciones para sobrevivir a la cuesta, basadas sobre todo en planificar gastos y comparar precios con el fin de "estirar al máximo el presupuesto en el mes más duro del año", marcado por los dispendios de la Navidad pero también por el aumento en los servicios básicos "como la luz o el gas". Esta es éposa "de malabarismos", dice el portal, del grupo editorial Axel Springer SE y con sede en Berlín pero con presencia en España.
Organización
El primer paso aconsejado es organizar el presupuesto familiar, con estudio de gastos a planificar. Se debe tener en cuenta el desembolso fijo, tal que el relacionado con la luz, el gas o la hipoteca, "y establecer la parte correspondiente del presupuesto familiar para cada una de estas necesidades". De este modo podremos concluir de cuánto dinero dispondremos para otros fines "no imprescindibles".
"Antes de comprar, compara", propone el portal para cualquier tipo de adquisición. Si comparamos precios al buscar un vuelo, por ejemplo, podemos hacerlo también en cualquier tipo de producto. El tercer consejo incide en el control de gastos no prioritarios. Lo dicho: "No es el momento de hacer desembolsos que realmente no sean necesarios", por lo que se impone analizar con detalle si eso que hemos pensado adquirir es realmente adecuado en este tiempo de estrecheces. "Mejor esperar un poco y huir de la compra por impulso, meditando bien si es el momento de realizar ese gasto", explica el portal de internet.
"Ojo con los productos gancho de las rebajas", agrega. Ojo. Las asociaciones de consumidores hace tiempo que batallan para que los consumidores no reciban gato por liebre. Las rebajas son muy aprovechables, sí, pero con tiento y cabeza, con el juicio suficiente para no llevarse sustos que primero estaban revestidos de ganga. "Es importante saber cuál era el precio del producto antes de las rebajas y comprobar que efectivamente el descuento que se indica es real". El quinto consejo para el ahorro alude al "consumo responsable" de recursos como el agua o la luz. Algunos ejemplos: "Utilizar bombillas de bajo consumo, no dejar todas las luces encendidas, poner la calefacción sólo lo necesario o dar un paseo en vez de coger el coche en trayectos no muy largos". Muchos expertos recuerdan que un gasto fácil de evitar es el que supone dejar aparatos electrónicos en pausa.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recuerda que la cesta de la compra se lleva aproximadamente un 20 por ciento del presupuesto familiar mensual. "Conseguir recortar ese gasto puede suponer un buen pico todos los meses", añade.
Y eso es posible. ¿Cómo? Por ejemplo, comprando productos de temporada o eligiendo bien el súper con mejor nivel de precios: "En el último estudio de supermercados de OCU, en que se visitaron casi 1.200 súpers e hipermercados de 63 ciudades, comprobamos que el ahorro anual al cabo del año oscilaba entre 276 y más de 3.000 euros, dependiendo de la localidad (donde mayor competencia hay, mayor puede ser el ahorro)".
Además de fomentar la hucha en compras online, la OCU recomienda precaución con ofertas familiares con que tientan a menudo los supermercados. Son las ofertas de tres por dos, dos por uno, paquetes familiares, envases-ahorro o las que seducen "con un 20 por ciento más gratis". No piense el consumidor que comprar por sistema estos productos "es la mejor manera de ahorrar, porque no es así". Y puede llevarse sorpresas negativas.
"En una buena indicación de precios, no basta señalar el precio por envase o unidad", debe indicarse también el valor del kilo: "Esta es la mejor manera de comparar precios y ver si esa presunta oferta realmente sale más económica", apunta la OCU antes de concluir que "otra razón para desconfiar de esas ofertas es que, en ocasiones, la fecha de caducidad o consumo preferente del producto es demasiado próxima. El resultado es que acaba mucha comida en la basura, porque compramos más de la que podemos consumir". La organización hace hincapié en el peligro para el bolsillo que representan los productos que llama "con apellido", que suelen ser más caros: que si esto es "casero", que si "artesanal", que si "eco" o "bio" o "tradicional", que si enriquecido o aligerado.