El exconseller de Interior Joaquim Forn y los líderes independentistas Jordi Sànchez y Jordi Cuixart han asumido hoy en el Tribunal Supremo que las vías constitucionales son las únicas válidas para defender la independencia.
Con frases como “reconozco la Constitución y las resoluciones judiciales” (Forn), “el único referéndum con validez sería el que convocara el Estado” (Cuixart) o con la confesión de que existía una hoja de ruta independentista (Sànchez), los tres comparecientes han querido demostrar, aparentemente, su nula voluntad de reincidir en el delito y su deseo de cooperar con la Justicia.
Ese riesgo de reincidir en el delito fue el argumento usado por el magistrado que sigue el caso por el proceso independentista, Pablo Llarena, para mantenerles en prisión provisional.
Tras sus comparecencias, celebradas a petición propia, las defensas de los imputados, que están en prisión preventiva desde octubre (noviembre en el caso del exconseller), han anunciado escritos para pedir su salida en libertad bajo fianza.
Por su parte, el ministerio fiscal, que hoy ha estado representado por Fidel Cadenas y Jaime Moreno, estudiará cuál es su posición respecto a una posible salida en libertad.
Esta línea de asunción de la legalidad ya fue abierta por la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, y a ella se acogieron otros miembros de la Mesa y varios exconsellers que están en libertad bajo fianza.
Según fuentes presentes en las declaraciones de hoy, tanto Forn como el presidente de Òmnium Cultural, Cuixart, y el expresidente de la Assemblea Nacional Catalana, Sànchez, han renunciado a la vía unilateral y han expresado que la independencia en Cataluña solo debe ser perseguida respetando la Constitución.
Forn ha dicho claramente que siempre ha acatado la Constitución. En este sentido, ha concedido valor a la norma fundamental como norma jurídica suprema del Estado y ha prometido que su actuación política será siempre respetuosa con ella.
Así, ha considerado que, sin renunciar a sus objetivos independentistas, lo cierto es que la actuación política a partir de ahora debe venir por cauces constitucionales, sin descartar reformas.
En este sentido, aunque ha prometido que no será conseller, ha asegurado que si el nuevo Govern insistiera en la vía unilateral él “se bajaría del barco”.
Forn ha negado la pasividad de los Mossos en los sucesos de septiembre ante la Consellería de Economía o durante el 1 de octubre. Además, ha negado que dejaran de ser policía judicial o estuvieran al servicio de la causa independentista.
Según fuentes presentes en la declaración, los tres imputados han admitido algunos hechos ilegales: Sánchez ha reconocido que el 1-O fue ilegal, Cuixart ha asumido que desde Òmnium convocaron a la participación, aun a sabiendas de que no era legal, y Forn ha confesado que participó en el 1-O, con conocimiento de que era un acto prohibido por el Tribunal Constitucional. Todos ha restado valor legal a ese referéndum.
En ese sentido, Cuixart ha señalado que la declaración unilateral de independencia fue meramente simbólica.
Además, ha señalado que no es político, ni quiere participar en política, y ha prometido que nunca ha buscado coaccionar al Estado, sino dejar que se manifestara la opinión de la gente.
Por su lado, Sánchez ha añadido el reconocimiento de que desde 2015 existía una “hoja de ruta”, cuyos objetivos compartían ANC, Òmnium Cultural, ERC y CDC.
Ese reconocimiento confirma los datos extraídos por los investigadores del documento Enfocats, incautado al segundo de Oriol Junqueras, Josep Maria Jové.
A partir de ese documento Llarena ha imputado al expresidente catalán Artur Mas y a la dirigente de ERC Marta Rovira, entre otros. No obstante, ninguno de los imputados ha reconocido conocer ese documento.
Sànchez ha defendido que en ningún caso se produjeron actos violentos durante las movilizaciones convocadas por ANC, aunque sí actos vandálicos como el sucedido a las puertas de la conselleria de Economía durante un registro para impedir el 1-O y durante el que tres coches de la Guardia Civil quedaron destrozados.
Las declaraciones han dado comienzo poco antes de las 10.00h y se han extendido hasta las 16.30h, con unas dos horas para cada compareciente (algo menos para Cuixart).
A primera hora de la mañana llegaron los imputados a los calabozos de la Audiencia Nacional, en espera de comparecer ante el Supremo.
Después de sus comparecencias han salido para sus celdas en las prisiones de Estremera (Forn) y Soto del Real (Sànchez y Cuixart).
A las puertas del alto tribunal se ha concentrado para recibirles una delegación de dirigentes de ERC y PDeCAT, encabezada por Joan Tardà, Jordi Xuclà y Francesc Homs.
Cuando han partido los furgones hacia la prisión, todos habían regresado ya a sus tareas habituales.