El descenso de la natalidad en Catalunya y también en Terrassa tiene como una de las consecuencias más inmediatas la caída de la demanda en la escolarización. Este curso 2017-18 se ha matriculado en párvulos de 3 años (P3) un total de 2.213 niños, lo que supone 483 menos (un 18 por ciento) con respecto a cinco años atrás cuando en el curso 2012-13 hubo 2.696 niños.
Esta bajada, sin embargo, no ha afectado al conjunto de infantil y primaria. Al contrario, en esta etapa se ha producido una subida. Así, este curso hay 22.439 alumnos, 265 más (12 por ciento) que hace cinco años cuando hubo 22.174 alumnos. El motivo se debe en la matrícula viva; es decir en los niños que llegan durante el año y piden plaza fuera del periodo oficial. Añadir aquí que hay que tener en cuenta que también se producen bajas pero que estas no se especifican en el informe del Consell Escolar Municipal que sirve de base para esta información. Uno de los datos interesantes que aporta este documento es el resultado de la oferta y la demanda en P3 por las cuatro zonas escolares que hay en la ciudad. En ese sentido cabe destacar que todas las zonas cerraron su preinscripción con plazas libres, salvo la zona 1 que salió con una oferta de 700 plazas y registró una demanda por el mismo número.
En el resto de zonas no se dio este comportamiento. La zona 2 salió con 713 plazas y tuvo 575 solicitudes; la 3 ofreció setecientas y logró 659 peticiones y la 4 presentó 366 plazas y obtuvo 321 solicitudes. Colegios públicos en estas zonas, como el Pere Viver (zona 2) y Marquès Casals (zona 3) han conseguido remontar y han reabierto el aula de párvulos que se cerró el curso pasado recuperando así las dos líneas de párvulos.
La ESO, en el lado opuesto
La situación que se da en P3 es totalmente a la inversa de la que se vive en 1º de ESO. Esta etapa de inicio a la secundaria obligatoria está notando los efectos de las numerosas promociones que van saliendo de primaria. En 1º de ESO hay este curso un total de 2.550 alumnos, lo que representa 280 alumnos más (un doce por ciento) que hace cinco años cuando había matriculados 2.270 alumnos. El total de la ESO ha crecido en el mismo porcentaje. Este curso hay 9.659 estudiantes de 1º a 4º curso, que son 1.077 más que en el curso 2012-13.
El informe del Consell Escolar Municipal también refleja cómo se ha movido en 1º de ESO la oferta y la demanda. La zona 1 ofrecía un total de 485 plazas y registró 488 solicitudes, al igual que la zona 4 que presentó 342 plazas y hubo 343 peticiones.
En las zonas 2 y 3, la oferta inicial fue insuficiente. De ahí que Serveis Territorials d’Ensenyament ampliara durante la preinscripción una línea más en los institutos Les Aimerigues, Montserrat Roig y Torre del Palau, así como otra en el concertado Mare de Déu del Carme (Karmel). Estas cuatro líneas son finalistas, es decir que de momento no se consolidan.
El aumento de plazas en 1º de ESO que se dio durante la reserva levantó polémica. Una asamblea de profesores del Institut Montserrat Roig cuestionó la decisión de Ensenyament argumentando que la "masificación" en los centros estaba reñida con la calidad. Aludía el grupo de docentes a que el instituto pasaba de cuatro a cinco grupos en 1º de ESO (cuenta con 150 alumnos matriculados en este curso) por lo que consideraba que era excesivo. Reprochaban que el incremento en el alumnado de secundaria ya era previsible y que Ensenyament podía haber tomado medidas con suficiente antelación para evitar la situación. Máxime cuando la apertura de los edificios nuevos para los INS Can Roca y Les Aimerigues para el 2018-19 no solventará el problema.
Evitar la presión
Las quejas de estos docentes fueron compartidas desde otros sectores como sindicatos y parte de la comunidad educativa. Desde la concejalía de Educación, entonces con la titular Rosa Maria Ribera, fueron más prudentes en la valoración aunque si confiaron en que Ensenyament reaccionara con más tiempo para reequilibrar zonas y centros y reducir la presión donde se produce la mayor demanda.
La etapa de la enseñanza obligatoria acaba a los 16 años con el 4º de ESO y después hay la posibilidad de encaminarse hacia el bachillerato o una Formación Profesional (FP) de grado medio. Estos estudios posobligatorios también crecen en demanda puesto que las promociones de ESO son también más numerosas. En bachillerato se han matriculado en 1º curso un total de 1.348 alumnos y en el grado medio de FP unos 854.
El bachillerato sigue siendo la opción mayoritaria de los estudiantes que acreditan la secundaria. Sí que es cierto que, a nivel global, la matrícula de FP supera a la del bachillerato pero no se puede deducir que haya más jóvenes que se decanten por una formación profesionalizadora, en tanto que donde hay más alumnos es en el grado superior y una de las vías de acceso a este grado es haber aprobado el bachillerato.