Muchos terrassenses rememoraron ayer el aciago día, también de diciembre, del 2014, cuando un vendaval asoló la ciudad y causó dos víctimas mortales y múltiples estragos. Ayer el fuerte viento ocasionó daños, pero sus efectos fueron mucho menos trágicos. Los servicios de emergencias, sin embargo, se debieron emplear a fondo durante toda la jornada: por cables caídos, por árboles desplomados, por contenedores desplazados, por fachadas con desprendimientos.
Protecció Civil de la Generalitat había activado en fase de alerta el plan de emergencias por riesgo de ventadas, el Ventcat, y el Ayuntamiento de Terrassa fue uno de los cuatro de Catalunya, junto con los también vallesanos de Sant Cugat del Vallès, Castellar y Sabadell, en poner en marcha un plan municipal en fase de prealerta, que aún regía por la tarde.
Un tejadillo voló en la calle del Doctor Ferran, junto al cruce con la del Doctor Calsina, y unos cables se descolgaron, arrancando de cuajo sus anclajes en fachadas, en la misma calle, la del Doctor Ferran, cerca de la intersección con la de Bartrina. Carteles electorales se desgajaron de farolas en la plaza de Andalusia y en el Antic Poble de Sant Pere se veían tiestos desparramados por el suelo. Decenas de contenedores de basuras se movieron de sitio en varios puntos y ramas de árboles jalonaban unas cuantas vías. En la calle de la Duquessa de la Victòria una plancha salió despedida y dio un golpe a un vehículo. En la calle de Colom fue un árbol el que dañó un coche. En la de Baldrich salieron volando dos toldos. En la del Mont Perdut se descolgó un tabique pluvial. Una pieza de hierro quedó en un tris de caer a la calle de Vinyals. El vendaval dejó maltrechas varias claraboyas y unos cuantos carteles comerciales.
La Policía Municipal y otros servicios locales tuvieron un día agitado, como el de los bomberos. Este cuerpo empezó a atender comunicaciones a las 9.50 de la mañana. Hasta las seis de la tarde había recibido más de treinta avisos: por antenas de televisión, por árboles, por toldos y tejadillos, por ventanas destrozadas. Al Ayuntamiento le constaban diecisiete incidencias. El viento zarandeó farolas, arrancó luces navideñas y levantó los techos de casetas de artesanía instaladas en la Rambla d’Ègara.
El mercadillo
El de ayer era día de mercadillo, pero los paradistas comenzaron a recoger sus puestos a media mañana a modo de precaución ante la ventolera, según informó el área municipal de Protecció Civil.
A las 2.20 de la tarde el sistema 112 había recibido 720 llamadas relacionadas con el viento. Más del 4 por ciento de los requerimientos procedían de Terrassa (32 llamadas), la cuarta ciudad catalana con mayor afectación después de Barcelona, Tarragona y Reus.
El Vallès Occidental, con el 11,25 por ciento de los avisos telefónicos, fue la tercera comarca que más necesitó la atención de los servicios de emergencias, tras el Barcelonès y el Tarragonès. Según datos de @MeteoEgara, el viento alcanzó por la mañana una velocidad de 68 kilómetros por hora en Can Boada.