Ya pasó el 21 de diciembre y no nos ha enseñado nada de nuevo, solamente ha institucionalizado ese 1,1 millones de catalanes/españoles que nadie tenía en cuenta y que, ante el abandono en que estaban sometidos en el procés, han optado por quienes les han recordado que existen.
Dos conclusiones centrales. Puigdemont ha demostrado haber acertado en su estrategia electoralista, estrategia que tenía como fin impedir su encarcelamiento. Y la otra conclusión es que el PP encabezado por el ciego de Rajoy ha sido realmente el artífice de los resultados independentistas, y por ello ha sido el perdedor del 21-D.
La gran sorpresa ha sido que Junts per Catalunya haya superado a ERC. En el voto independentista, que es una mochila de sentimiento desbordante, se ha votado por el president en el exilio y cesado por Madrid. Ésa ha sido la máxima para votarle. Ha superado al sentir de la cárcel de Oriol Junqueras y de los otros tres.
El otro factor es la pérdida de conciencia de clase en la memoria colectiva. Ha ganado la derecha, tanto en el bando constitucionalista como en el independentista. Ya no se valoran las cuestiones sociales, económicas y laborales. Eso para los independentistas ya se solucionará en la nueva república, y para los constitucionalistas ya forma parte de las condiciones de vida que nos ha impuesto el capital, escudándose tras la crisis padecida. Hemos olvidado demasiado rápidamente las políticas antisociales que CiU aprobó y apoyó aquí y en Madrid, y que PP, PSOE y C’s continúan manteniendo.
Precisamente por esta falta de conciencia social, las fuerzas políticas, que hasta hace poco aglutinaban esas conciencias, han salido mal paradas (Catalunya en Comú y PSC). La situación creada después del 27-S y consolidada después del 21-D lo confirma.
Puede que esa falta de conciencia sea el reflejo del origen profesional de los diputados electos donde la vinculación con el sector del derecho (abogados) son un 16,3% del total de cargos electos que varía según el partido, siendo C’s el mayoritario con un 32,43% de los 37 diputados. O el mundo de la economía con un 11,1% del total siendo un 20% en el caso de C’s.
Respecto a la enseñanza, tanto de ciclo medio como universitaria, están en el 22,2% sobre el total, siendo mayoritario con un 31,8% en ERC+PDeCat. En C’s sólo hay un 13,5% vinculados al mundo de la educación. No hay ni un solo diputado en C’s, ERC o PDeCat que sea asalariado de la industria, construcción o pagesía. Incluso en los partidos Catalunya en Comú y la CUP son casi todos licenciados, aquí sí que hay alguna asalariada de base. Es muy significativo que no haya sindicalistas, o de las organizaciones sociales, excepto cuatro que vienen de la vivienda y de la cooperación.
Mala representación de la sociedad civil, de sus reivindicaciones, y necesidades, y por lo tanto poder tener lo elementos necesarios para salir de este sinsentido en que nos encontramos.
En estos últimos meses hemos podido conocer la capacidad y experiencia real existente de los dirigentes del procés. Ha habido consecuencias por el mal hacer en las decisiones tomadas, y el 21-D era el momento para reconducir la situación de bloqueo en que se encuentra la política en Catalunya.
La campaña electoral ha repetido los esquemas que todos conocemos. No ha habido ni una sola aportación en los grupos mayoritarios que permitiera vislumbrar otro camino con posibilidades de futuro. Todo pura especulación de las partes.
¿Los del procés no sabían que se enfrentaban a un Estado fuerte, con arraigos del pasado franquista en ciertas formas de interpretar la democracia y el uso de las leyes y que, por ser miembro de la UE, ésta no iba a mover ni un milímetro su actitud, y que no iba a permitir la DUI? ¿Por qué lo hicieron si después no han sabido defender esa última fase? ¿Falta de experiencia, ingenuidad, estrategia del "farol"? ¿Y ahora qué, más de lo mismo?
La UE nunca dará su apoyo al procés en esos términos. A los grandes consorcios financieros europeos no les interesa la segregación catalana. Ellos mandan, y ellos abren o cierran el grifo, y la gestión política, sin dinero prestado, es un ente muerto. Estamos en el siglo XXI. Las fronteras se van resquebrajando. Puede que el futuro pase por otras formas de organización regional. ¿Creen que valen la pena los daños colaterales que se están produciendo por el procés? No podemos continuar así. Hay que reconstruir muchas cosas, sin haber conseguido nada. Comenzando por la convivencia con nuestros conciudadanos. Reconduzcan sus sentimientos hacia esa Catalunya de lo social. Hay 558.500 parados que están esperando encontrar un puesto de trabajo digno. 854.710 catalanes no pueden pagar el agua, luz y gas. 50.000 menores padecen malnutrición. A 17.055 personas les han desahuciado de su vivienda. Es muy lamentable ver la falta de participación ciudadana en las acciones contra los recortes, la falta de vivienda social, la desnutrición infantil, etcétera, mientras el procés es capaz de movilizar a cientos de miles de catalanes de forma continuada. Han dado pie a consolidar la fractura de la convivencia dentro del territorio de Catalunya, despertando al dragón fascista, en lugar de haber incorporado, con otro procés asumible, a la gran mayoría de ciudadanos de Catalunya. Dejen su infantil empecinamiento. Dejen de jugar a "la puta i la Ramoneta". Vuelvan de su autoexilio. Asuman las consecuencias en toda su extensión y devuélvanlas como un bumerán contra el Estado central. Hagan que su estancia carcelaria sea una bomba de relojería para los carceleros, en lugar de lamentarse en los medios de comunicación. Ustedes son unos privilegiados al lado de la gran mayoría del pueblo catalán. Salgan de su jaula de oro y vengan a la nuestra de hojalata, y todos juntos podremos derribarla.