Cuando la dinámica es negativa, cambiarla, a veces, parece una utopía. En esos casos, jugar bien, aún es más complicado. Pues bien, el CN Terrassa cumplió la segunda, pero no la primera. Las chicas de Vicente Gómez firmaron un encuentro más que notable, pero más importante aún, recuperaron aquella esencia de equipo que les hace diferentes. Intensas en defensa, con una alma distinta y con la sensación de ir a buscar la victoria desde el primer momento. Eso les sirvió para ir por delante casi todo el encuentro, pero no para acabar ganando.
Empezó muy parejo el encuentro. Ambos equipos salieron conscientes de que sería largo: 14 a 16 al final del primer acto. Pese a ello, había dos factores que incidían de forma negativa: el CN Terrassa andaba jugando genial, pero no conseguía romper el encuentro; y en segundo lugar, la defensa local, gracias a una Mireia Gómez impecable y al trabajo sucio de Natalia Julià, estaba secando por completo a Watson, la americana del TGN.
Se apagaron las luces
Tras ir todo muy parejo hasta el descanso, el CN Terrassa tiró de orgullo en el tercer acto. Comandado por una superlativa María Olmo que anotó ocho puntos de forma consecutiva, el CN Terrassa dio la vuelta al marcador y se puso 35 a 30.
Y ahí, empezó a acabarse todo muy lentamente. 41 a 37 al final del tercer acto. Julià y Gómez con cuatro faltas y las locales altamente cansadas en el plano físico. Eso lo aprovechó un TGN que secó al Natació y encima encontró a una Watason que decidió como quiso. Pese a la derrota, la imagen del Natació mejoró.
