Terrassa

El gobierno quiere adjudicar el contrato del bus a mitad de 2019 

Los plazos hace tiempo que se han superado. Los litigios y los errores cometidos en el anterior concurso de adjudicación del servicio de autobús urbano (iniciado a finales de 2013), unido a las dudas que reaparecieron en este mandato sobre el tipo de gestión, han dilatado aún más la puesta en marcha de un nuevo proceso para decidir qué empresa gestiona la red de transporte público de Terrassa. El equipo de gobierno, ahora compuesto solo por el PSC, confía en adjudicar la concesión “a mitad de 2019”, explica el teniente de alcalde de Territorio y Sostenibilidad, Marc Armengol, aunque no asegura que sea antes de que acabe el mandato.

La gestión de la red de autobuses de la ciudad es una de las patatas calientes de esta legislatura. Y tiene muchas posibilidades de que lo siga siendo en el siguiente mandato, a pesar de que la concesión actual a Tmesa (empresa mixta compuesta por Avanza en un 80% y por el Ayuntamiento en un 20%) culminó a finales de 2009. Desde entonces, el Consistorio tiene sobre la mesa la necesidad de realizar un nuevo concurso. Y también desde entonces, el Ayuntamiento va prorrogando anualmente el servicio a Tmesa ya que puede hacerlo, por contrato, hasta diciembre de 2019. La prórroga que se aprobará en el pleno de este jueves (y que abarcará todo el año 2018) será la séptima.

Sin pliego de condiciones
El concurso puesto en marcha en 2013 tuvo que anularse por un error en un trámite administrativo, aunque previamente había suscitado reclamaciones por parte del Grupo Avanza y de los propios trabajadores de los autobuses. Al iniciarse este mandato, el gobierno mantuvo este asunto parado ya que volvió a replantearse el modelo de gestión: directo (municipal) o indirecto (concesión). El pasado mes de mayo se disiparon todas las dudas y se decidió mantener el planteamiento inicial: concesión a una empresa privada.

Armengol explica que también se decidió que esta vez no serían los servicios municipal los que redactasen los nuevos pliegos de condiciones, por la saturación que acarrean y la “complejidad” del contrato. Lo hará una empresa externa. Aún no ha empezado esta tarea. El edil explica que, tras analizar en profundidad la transferencia de riesgo (ver recuadro en página siguiente), sacarán a concurso la redacción del pliego de condiciones “en los próximos meses”.

Tras este trámite, llegará lo que es propiamente la licitación de la explotación de la red de autobuses urbanos y, posteriormente, la adjudicación. “Nos vemos en un calendario que tiene en mediados de 2019 la fecha prevista de adjudicación del contrato”, explica Armengol, que admite que esta previsión supone un retraso respecto a lo dicho la pasada primavera, cuando se apuntó a que el proceso estaría cerrado a finales de 2018. De todas formas, nada está asegurado, aún más sabiendo que las empresas que se presenten (suelen ser multinacionales) pugnarán con fuerza por hacerse con este jugoso contrato, lo que implica que, de nuevo, el proceso puede acabar en el Tribunal de Contratos del Sector Público o en los juzgados ordinarios.

Por todas estas razones, Armengol no se atreve a dar esa fecha por definitiva. “Me gustaría poder cerrar este proceso antes de que acabe el mandato, pero no puedo asegurarlo”, admite.

El edil Carles Caballero, de ERC, discrepa de esa fecha. Asegura que la información que a él le facilitó la concejalía contempla que en septiembre de 2019 está previsto sacar a licitación el contrato.

¿Se alargará otro mandato?
De alargarse más allá de mayo de 2019, será otro Consistorio, con las fuerzas políticas que determinen las futuras elecciones municipales, el que deberá decidir sobre el concurso de autobús, con lo que todos los escenarios podrían volver a abrirse y este asunto, una vez más, dilatarse en el tiempo, cuando ya hace ocho años que acabó el contrato a Tmesa (adjudicado en 1989 durante 20 años, con posibilidad de prórroga de otros 10).

De darse esta situación, el edil socialista afirma que ocurriría como en el caso del agua, la adjudicataria actual (Tmesa) se vería en la obligación de seguir prestando el servicio de manera forzosa para garantizar su correcto funcionamiento.

Uno de los trámites con los que sí se ha cumplido es con el hecho de informar de la intención del Ayuntamiento de sacar a concurso el servicio a través de un anuncio en el Diario Oficial de la UE; gestión que se obvió en en el anterior proceso y fue lo que motivó su anulación.

De momento lo que sí se sabe es que esta misma semana, el pleno tendrá que pronunciarse sobre una nueva prórroga. Es muy probable que el trámite salga adelante gracias a los votos a favor del PDeCAT, que estuvo en el gobierno hasta el pasado día 30, y la abstención de C’s, pero, aún así, los grupos de la oposición son muy críticos con el proceder del PSC en este asunto. “Desde la aprobación de la última prórroga no se ha hecho nada, lo que demuestra que la movilidad no es una prioridad” para el Ejecutivo, denuncia Xavier Matilla. El líder de TeC ha reclamado un detallado calendario para conocer el plan de trabajo y los pasos que se seguirán a partir de ahora. “Es muy grave la ineptitud del gobierno. Se sabe que será un contrato con una alta conflictividad jurídica y, aún así, no se hace el trabajo con tiempo. Hemos tirado dos años y medio a la basura”, insiste.

En ERC tienen claro que votarán en contra de esta nueva prórroga. Ya lo avisaron la vez anterior. “Ya dijimos que no avalaríamos ninguna otra si no se hacía los deberes”, recuerda Carles Caballero. “No es normal que vayamos por la séptima prórroga y que cada vez que el gobierno pide apoyo para solicitarla se presenta sin haberse puesto a trabajar, sin avanzar”, se queja el republicano.

La CUP también tiene previsto rechazar la nueva ampliación del contrato a Tmesa. “Hace mucho tiempo que debería haber estado preparado el expediente”, comenta Maria Sirvent. La portavoz de la CUP, además, apuesta por la municipalización del servicio ya que “permitiría al Ayuntamiento ahorrarse el beneficio industrial” de la empresa y tener un “mayor control de un servicio tan estratégico”.

En el PP se decantan por la “abstención crítica”. Álex Rodríguez, su portavoz, lo resume así: “El servicio se tiene que seguir prestando, pero este equipo de gobierno no se pone las pilas y va alargando servicios básicos, como el agua o el autobús. Ésa no es la manera de afrontar los problemas”.

El bipartito sí encontrará apoyo en su aliado de gobierno hasta hace menos de un mes. Dani Nart, del PDeCAT, explica que apoyarán el dictamen pero que exigirán que el gobierno sustituya anualmente cinco autobuses, como ya prometió, para ir renovando la flota. “Es muy necesario seguir invirtiendo en la red de autobuses, aunque todavía no haya una nueva empresa adjudicataria, para garantizar la eficiencia del servicio”, relata Nart.

El representante de C’s, Javier González, asegura que no tienen inconveniente en que se prorrogue el contrato actual con Tmesa, “si en paralelo se avanza en la redacción de los pliegos de condiciones para el futuro concurso”.

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