Entrenador con experiencia en el básquet profesional, y coach desde hace más de diez años, Xavier García presentó en la tienda temática de básquet, 23 Basketball de Terrassa, su segundo libro, titulado "Experiencias sistémicas. Impulsar equipos y talentos", en el que desgrana consejos y experiencias de las relaciones entre las personas, el liderazgo y lo que se puede aprender de todo ello.
Explique el contenido de su libro, " Experiencias sistémicas. Impulsar equipos y talentos".
El libro representa una fusión entre mi etapa como entrenador profesional de básquet y todos los aprendizajes desde que me dedico al liderazgo, la comunicación y al coaching. Es aprovechar toda la experiencia y todos mis conocimientos para explicar lo que nos pasa cuando estamos liderando equipos, ya sean deportivos o no, y nuestras emociones, nuestras exigencias y como nos relacionamos.
¿Y cuáles son las cualidades que ha de tener un buen líder?
Hay muchas. La esencia del discurso es que no hemos de fijarnos tanto en cuales han de ser las capacidades que ha de tener un líder, y hay que entenderse como persona y, a partir de aquí, liderar. Por ejemplo, si a nivel de comunicación estoy a un nivel 6, he de trabajar para mejorar esto. Más que ponernos un foco a cómo he de ser, hay que ver cómo soy y cómo crezco a partir de cómo soy.
¿Todo lo relacionado con el coaching está calando entre la gente?
Es evidente de que cada vez hay más conciencia de que esto es necesario. La sociedad evoluciona y nos obliga a ser más claros, más concretos, y a saber de qué hablamos y saber gestionar nuestras emociones. Cada vez es más imporetante esta parte. A nivel deportivo, hace veinte años el salto de calidad lo daba la preparación física. Ahora, esto está muy igualado y el salto de calidad es la parte emocional. En las formaciones clásicas no se acaba de trabajar del todo, pero vamos dando pasos hacia aquí, porque es necesario.
¿El talento se puede impulsar?
Sí. Una cosa es el talento observable, como la capacidad técnica o táctica, pero otra cosa es la faceta mental y emocional, que condiciona que este talento salga o no salga. No se trata de que desde el liderazgo se pueda transformar a una persona que no tiene talento en una que sí lo tenga, pero puedes ayudar a que el talento aparezca. Y que esta persona descubra qué es lo que le está limitando para poder expresarse.
¿Todo lo que plantea el libro se puede extrapolar también a los deportes individuales?
Sí, porque también es un equipo. Están el entrenador, el preparador físico, y estamos hablando de un grupo de gente que comparte un espacio por un objetivo, y en un deporte colectivo hay más gente pero en uno individual, hay menos. Las cosas que nos importan, nos pasan cuando estamos relacionados con los otros y aquí están los aprendizajes que propone el libro.
¿Puede concretar lo que significa el concepto sistémico?
El concepto sistémico no se refiere a sistemas de juego y la idea de sistema se refiere al grupo de personas que comparten un objetivo o un espacio de trabajo. Todos pertenecemos a diversos sistemas: familia, amigos, equipo, etcétera y la apuesta es conocernos, cómo nos relacionamos y lo que podemos hacer diferente para que las relaciones puedan tener más calidad y más productividad. Productividad desde el punto de vista de rendimiento, pero también a nivel emocional.
La fórmula perfecta no existe.
No la conozco. La receta sería invertir tiempo y recursos para conocernos a nosotros mismos y a los otros y, a partir de aquí, reconstruir las relaciones sistemáticas que nos vayan mejor.
Su experiencia en el deporte profesional la ha trasladado al libro.
Sí, pero no sólo la profesional. También en el deporte formativo, en el que he estado involucrado mucho estos últimos años. Tenemos diversos proyectos en los que trabajamos la parte emocional con jugadores y entrenadores, y también con familias. Al final, todos buscamos lo mismo, y es sentirnos bien con lo que hacemos y mejorar permanentemente. La etiqueta de profesional es lo de menos. Los profesionales son más buenos, pero las inquietudes y las circunstancias en las relaciones son las mismas, pero a otro nivel.
Entonces, ¿no hay diferencias entre lo que pueda ser un profesional o un amateur en el deporte?
Hay diferencias, pero en lo que se refiere a la capacidad técnica. Pero la gestión de grupo o la cuestión de liderazgo, no se puede diferenciar. He trabajado en los dos sitios y las motivaciones y las preocupaciones son bastante parecidas.
Los deportistas profesionales son personas, con los mismos problemas e inquietudes que las otras.
Exacto. Y por esto este libro enfoca la mirada humana y es transversal con todo lo que compartimos.
¿Algún ejemplo de un líder que quiera destacar?
No me gustaría hablar de esto, porque no sería hablar de la parte humana. Desde fuera, es difícil decir quién es un buen líder y quién no lo es. La misma persona, depende de las circunstancias, tiene unos retos diferentes, y la capacidad del buen líder es tener el equilibrio en ser tu mismo y saber adaptarse a cada realidad . El liderazgo es un reto constante y no hay buenos o malos líderes.