Fueron los bomberos el lunes a sanear una fachada en la calle del Infant Martí, junto a la Rambla d’Ègara, pero pronto vieron que aquella actuación escapaba a las intervenciones convencionales para sacar fragmentos en riesgo de desprendimiento. Aquello era más grave, tanto por el estado de los balcones como por la superficie: eran unos cuantos los voladizos en peligro. Se instó a los vecinos a no salir a los balcones y se vallaron los aledaños para proteger a los transeúntes.
Bombers de la Generalitat recibió la alerta a las 8.39 de la mañana, después de que un ciudadano informase a la Policía Municipal de la caída de cascotes de un edificio ubicado en la calle del Infant Martí. Agentes locales se trasladaron a la zona indicada por el testigo y comprobaron que trozos del revoque se estaban desprendiendo de una quinta planta.
Había colocada una red de protección en el balcón de un segundo, pero esa instalación no había evitado que algunos fragmentos acabasen en la vía pública, en la acera. La Policía Municipal avisó a los bomberos y al departamento de Gestión del Espacio Público (GEP). Efectivos del cuerpo de emergencias y un responsable del GEP se desplazaron a esa vía de Ca n’Aurell, casi en la esquina con la Rambla d’Ègara.
Zona balizada
Una dotación de bomberos se encargó de sanear los tramos más deteriorados, los que presentaban un mayor peligro de desplome, y operarios del GEP vallaron las inmediaciones y pusieron señales para balizar la zona. Según señaló ayer el Ayuntamiento, un técnico de Urbanismo dictaminó que la mayor parte de los balcones de la fachada estaban en un estado avanzado de deterioro. Había que comunicar el riesgo al vecindario para que no usase los voladizos.
El Consistorio informó a los residentes y contactó con la empresa que administra la comunidad. El bloque, de seis plantas, está formado por trece viviendas. Ayer por la tarde el sector más próximo a la finca, de unos veinticinco metros lineales, seguía vallado con un cercado metálico y con balizas.
Al otro lado de la calle permanecía una señalización excepcional que prohibía el estacionamiento para facilitar el tráfico rodado.