Alfredo Vega (Motos, 1957) fue investido alcalde el jueves como representante del PSC, la lista más votada en los últimos comicios. Asume el cargo en sustitución del dimitido Jordi Ballart, que con su salida y la de otros cinco ediles más del gobierno, abrió una crisis institucional sin precedentes en el Ayuntamiento.
¿Cómo ha vivido estas dos semanas de incertidumbre?
Tengo una edad, una experiencia y en la vida me ha tocado vivir momentos difíciles, pero eso no quita que emocionalmente suponga un desgaste. Lo que ha ocurrido no es menor. En un primer momento te quedas tocado emocionalmente, pero al final uno toma una decisión, la que cree de acuerdo con sus valores y desde el respeto más profundo con las decisiones que toman los otros. Luego los acontecimientos van viniendo y te encuentras con una vara de alcalde en la mano. Trato de mantener la prudencia y controlar en la medida de lo posible los acontecimientos, pero siendo consciente de que vas en una ola que a veces es más fuerte que tú. Hay veces en que las circunstancias van por encima tuyo. Como les dije a mi gente en el partido: mi prioridad es la ciudad; segundo, la dignidad de la gente a la que represento, pero también la mía propia, a eso no renuncio nunca, y tercero, conservar la alcaldía.
¿Cuándo supo que habían fracasado las negociaciones para el pacto del cambio y que iba a ser alcalde?
Una media hora antes del pleno. Tenía varios discursos preparados.
¿Ya tiene definido su equipo?
Me falta hablar con algunas personas de la lista. Quiero hablar con todo el mundo. Ahora ya puedo decirle a la gente que tengo que hacer un equipo para gobernar Terrassa, cosa que ayer (por el jueves) no le podía decir.
¿Está hablando con todos?
Sí. La dignidad y el respeto de las personas está por encima de todo, pero también nos engañaríamos si dijéramos que todo el mundo vale para todo. Eso no es real. Hay gente que juega muy bien al fútbol y es muy mala en básquet. Haré un equipo dentro de las posibilidades de una lista que, como debe de ser, tiene el perfil del líder sobre el que se montó. Yo soy un heredero y me he de amoldar a eso. No olvidemos que las listas se hacen también a partir de aquellos puestos que sabemos que tienen más oportunidades. No siempre bajo criterios de gobierno, también intervienen otros factores legítimos. El problema es cuando las circunstancias te llevan a necesitar a todo el mundo. Desde el máximo respeto a todos los compañeros, a los que aprecio, toca analizar el momento y exigencias actuales y elegir los perfiles que sean más provechosos para la ciudad. Ni más ni menos. Pido responsabilidad y generosidad. Yo era el número ocho y podría haberme escudado en eso. La situación nos exige a todos dar lo mejor de nosotros mismos.
¿Cómo gobernará en la recta final del mandato con un equipo de solo nueve personas, de los que seis serán nuevos?
No lo puedo afrontar si no apelo a la responsabilidad política de todos. En un pleno de 27, teniendo un tercio de los concejales, todos los grupos políticos y yo el primero, como responsable máximo y líder del gobierno, debemos de tener generosidad, flexibilidad y poner en muchos momentos el interés de la ciudad por encima de los intereses de partido. Las circunstancias nos lo exigen. Si no, no tiraremos la ciudad para adelante. Quiero titulares para la ciudad y no para el alcalde.
¿A quien extenderá primero la mano para sacar adelante los proyectos?
Podemos encontrar lugares de encuentro con varios partidos, aunque cada uno tiene sus líneas rojas. La situación nos interpela a todos; primero, al alcalde que tiene la obligación de ser generoso, pero también a la oposición. Yo sé lo que es esto, y con nueve concejales o realmente hay un ejercicio de responsabilidad de todos o la ciudad no tirará. Si la gente quiere bloquear y entrar en frentes, la ciudad no prosperará. Sería un error iniciar ahora una campaña. La ciudad no necesita una campaña electoral de 18 meses. Apelo a la responsabilidad.
¿Tiene previsto hacer cambios en la estructura municipal?
Alguna ficha se ha de mover, pero el hecho de que haya que hacer algunos movimientos, por pequeños que sean, a 18 meses de acabar el mandato de ninguna manera entraré como un elefante en una cacharrería. No sería bueno para la ciudad ni para la organización. Terrassa tiene proyectos que se han de acabar. No quiero que en este tiempo la ciudad pierda oportunidades, y éstas pasan cuando pasan, no cuando uno quiere.
Varios grupos de la oposición dan el mandato por perdido, ¿piensa limitarse a gestionar el día a día o tiene ambiciones para la ciudad?
Soy consciente del momento. Quiero recuperar la normalidad, pero a partir de ahí, no quiero renunciar a nada. No quiero que esta ciudad pierda oportunidades. No haré grandes planificaciones para después pagar las frustraciones, pero sí quiero que no se escape ninguna oportunidad.
¿Tiene previsto quedarse con la gestión de algún tema de forma directa?
Sí. Además la situación así lo requiere. Es comprensible que al entrar gente nueva debamos ayudarles y estar pendientes. Algunos temas yo los tengo más por mano, como los vinculados a Hacienda. No podré llevar el área, pero al principio estaré muy encima porque la conozco. Prácticamente seguro gestionaré alguna cosa de manera directa. Al igual que cuando era director del Pere Viver, siempre quería dar algunas clases porque aquello me conectaba con la realidad y el trabajo de mis compañeros. Aquí también quiero llevar alguna cosa. Ahora haré un cartapacio provisional, pero el 1 de diciembre tendré el definitivo porque debo poner velocidad de crucero, aunque sea con marineros nuevos.
¿Teme que la dirección de su partido le ponga trabas, como denunció Ballart, para llevar a cabo políticas estratégicas como la municipalización del agua o las sanciones a bancos con pisos vacíos?
Mi ecosistema político ha sido Terrassa. La relación que he tenido con la dirección ha sida grata y de agradecimiento en estos momentos. Soy una persona de diálogo, pero bastante cabezona en aquello que creo. No soy de grandes sobresaltos, pero sí de convicciones claras. Las decisiones que tomo, las tomo escuchando a las personas porque no me gusta ser personalista. La razón no es patrimonio de nadie y no te la da un cargo, pero defenderé mis convicciones. Lo que yo vea bueno para la ciudad lo defenderé allí donde toque. Primero, me debo a mi ciudad. Después me gusta ser leal al partido y a las personas, pero mi compromiso es con Terrassa y sus gentes.
¿Querrá ser el candidato a la alcaldía en 2019?
Si hace 20 días me hubieses preguntado si me veía como alcalde te hubiese dicho rotundamente que no. Yo estoy de alcalde al 100% de responsabilidad y de orgullo, pero también te digo que no ha formado parte de las expectativas de mi vida. Yo me sentía completamente reconocido haciendo lo que hacía. Ahora la vida y las circunstancias me han colocado aquí. Tengo mucho que agradecer a mucha gente. No estoy por méritos propios, sino porque mucha gente ha trabajado y ha hecho posible que esté aquí. Las circunstancias y la gente que te apoya te llevan hasta aquí. No puedes renunciar al timón de tu vida, pero también te debes a los demás. Cuando llegue el momento, tomaré la decisión, teniendo en cuenta la situación y viendo las alternativas. No es por esquivar la pregunta, de verdad. Te estoy diciendo lo que pienso cuando nadie me pregunta.