El boxeador terrassense Mustafa Chadlioui afronta el viernes de la próxima semana el combate más importante de su carrera profesional. Actual campeón de España del peso semipesado, Musta disputará en Roma el título de la Unión Europea (el segundo en orden de importancia por detrás del título de la EBU) contra el albanés nacionalizado italiano Orial Kolaj. El combate ha sido aplazado en dos oportunidades, pero Musta dice que llega al mismo en su mejor momento físico y mental y con el propósito de hacer historia en el boxeo egarense. Sólo el mítico Paco León, en la década de los 80, conquistó un título continental para el pugilismo local.
¿Cómo llega al combate?
Debo decirle que muy, muy bien. Han sido muchos meses de entrenamiento, a nivel mental y físico. Hemos hecho los deberes, he trabajado mucho pese al inconveniente de los aplazamientos.
¿Va a ganar?
A eso vamos. Este combate nos abre las puertas del cielo. Un tropiezo aquí sería un golpe mortal para mí. Hay que dejarse la piel y ganar.
¿Las puertas del cielo?
Una victoria me permitiría subir mucho en el ránking de la EBU y tendría muchas opciones de ser aspirante al título europeo absoluto. Y también me daría la posibilidad de disputar buenos combates, sacar un buen beneficio. Podría defender el título, cosa que en España no puedo hacer con el título español porque me he quedado solo en el peso semipesado.
¿Eso le llena la mochila de la responsabilidad?
Por descontado. Estos días ando preocupado de no tener ninguna lesión, no sufrir una caída con la moto o algún problema en casa. Lo que más miedo me da es una lesión. Todo lo que hemos conseguido, con Aurelio Torres y Diego Valero que son mis entrenadores, ha sido en base al esfuerzo de los tres, a mis puños y a las ganas que le ponemos cada día porque no tenemos ayuda de nadie. Yo trabajo doce horas, mi entrenador también trabaja pero estamos aquí con un mismo objetivo que es hacer historia en Terrassa, y conseguir este título europeo.
Hablamos de usted como boxeador profesional. Pero ese calificativo queda, en su caso, en una categoría que no se corresponde con su actividad porque Musta se gana la vida siendo vigilante de seguridad, no como boxeador.
Este año, por ejemplo, he hecho dos peleas. Y las bolsas tampoco son tan elevadas como para no trabajar. Estoy sacrificando los fines de semana, trabajo de noche para entrenar duro. En este nivel si no me mantengo fuerte no respondo en el ring. Tengo 34 años y creo que aún me queda boxeo. El problema es que en España nadie se interesa por el boxeo y eso repercute en las bolsas, en el apoyo de los patrocinadores y en el aumento de las licencias, porque para todo ello es básico el apoyo de las televisiones. Sobrevivimos como podemos.
¿Qué conoce de su rival?
Va a ser un buen combate. Es un boxeador de mi estilo, que va siempre hacia adelante, que no rehúye la batalla. Va a depender mucho de la pegada que tenga él. Ha ganado dos veces este título y ha sido campeón de Italia, por tanto no es un cualquiera. Hay que tener cuidado. Y encima el combate es en su casa. Pero yo voy con mucha confianza, la presión va a ser para él. No va a haber piedad.
El combate se ha aplazado dos veces. ¿Eso ha supuesto un inconveniente en su preparación?
Seguro. Hace unos días tuve una lesión en la espalda por sobreentreno. Eso me tuvo cinco días en reposo. Ahora, por ejemplo, debería estar haciendo la bajada en el plan de preparación pero como ya descansé antes llegaré entrenando hasta el final. Un aplazamiento afecta en todo, te rompe la planificación deportiva y personal.
Me decía antes que quiere hacer historia en el boxeo terrassense. ¿Le motiva ese reto?
Eso me da mucha fuerza. Siempre he vivido en Terrassa, aquí me han enseñado a boxear y por ello mi lealtad ha sido total hacia el Club Boxeo Terrassa. Empecé aquí y aquí acabaré. Esta es mi casa.
¿A qué se ha debido esa fidelidad cuando debe haber tenido la oportunidad de trabajar en otros lugares y con otros técnicos?
Porque son buena gente, el trato ha sido buenísimo. Somos como piezas que encajan a la perfección.
Usted se ha convertido en la bandera del boxeo en la ciudad.
ra empiezan están muy pendientes de mí. Me siento un poco el referente de ellos y les ayudo en todo lo que puedo.
¿Qué combate presume?
Es difícil saberlo. Puede que sea rápido o no, depende de su pegada y de su capacidad para encajar. Mi idea es intentar acabar el combate lo antes posible. Si el combate llega a doce asaltos, en Italia es difícil ganar. Esa es una dificultad añadida.