Todos podíamos haberlo hecho mejor", dijo Alfredo Vega en su discurso como candidato a la alcaldía. Minutos antes de ser proclamado como cuarto alcalde de la democracia, el líder de los socialistas hizo ayer un ejercicio de autocrítica y dio en la diana. También de la oposición, exhausta tras una negociación por el cambio (TeC, ERC-MES, PDeCAT y CUP) que fracasó prácticamente a las puertas del pleno.
Y es que esta sensación, la de fracaso colectivo, planeó ayer sobre una sesión de investidura atípica, sin la chispa de otras ocasiones. No hubo discursos para la épica, ni las réplicas ocurrentes de otros plenos. A año y medio del final del mandato, dio la sensación de que los grupos políticos querían pasar el trago cuanto antes y seguir adelante. "Esto se ha acabado -dijo el portavoz de ERC-MES, Isaac Albert-. Nos vemos en mayo de 2019".
Minutos antes del pleno, confirmado el fracaso de las negociaciones para un gobierno del cambio en la ciudad, los socialistas movilizaron a su militancia, que acudió al pleno a arropar a Alfredo Vega. También estuvieron los exalcaldes Manuel Royes y Pere Navarro, que hace una semana irrumpían en la escena política firmando un manifiesto conjunto que apelaba a la tradición socialista de gobiernos de consenso. Ayer se les vio juntos, aunque nada revueltos, en una primera fila donde Jordi Ballart ni estuvo ni se le esperó.
En la bancada socialista, los cinco concejales dimisionarios compartieron sesión con los tres ediles que han decidido quedarse y que afrontan ahora el reto de sobrevivir a la crisis. Apenas cruzaron algunas palabras.
Precisamente a Noel Duque, una de las bajas anunciadas, le correspondió presidir el pleno como segundo teniente de alcalde.En los pasillos, los candidatos a ocupar las vacantes del PSC en el pleno -Manolo Giménez y Fran Calzado, entre otros- seguían con detalle la sesión de investidura junto a los técnicos municipales, los más contentos de que las cosas sigan igual en el gobierno local.
Entre el público que acudió al Ayuntamiento, buena parte del cual siguió la sesión desde el pasillo y a través de la pantalla instalada en la sala de gobierno, militantes de Terrassa en Comú que llegaron a la Casa Consistorial ignorantes de que las negociaciones para el gobierno a cuatro habían fracasado minutos antes. Los rostros de decepción eran evidentes.
En la oposición, el bloque del cambio también vivió un pleno con regusto a fracaso. Se vio especialmente en los rostros de ERC y la CUP, después de apoyar prácticamente sin condiciones la alianza a cuatro.
En TeC, el candidato a la alcaldía, Xavier Matilla, hizo un discurso inusualmente breve. Fracasadas las negociaciones, sin posibilidad alguna de ser proclamado alcalde, al líder de los comunes se le vio contenido, quizá aliviado.
Junto a él, los concejales del PDeCAT protagonizaron uno de los momentos más naïf de la sesión. Fue cuando se desmarcaron personalmente de la ruptura del acuerdo con TeC, ERC-MES y la CUP por el cambio de gobierno y votaron diciendo: "siguiendo el mandato de la asamblea". ¿Los concejales hubieran sellado el pacto, quedando fuera del ejecutivo, como exigía TeC? ¿Pero no eran ellos los que querían volver al gobierno?.
El pleno de investidura culminó con la proclamación de Alfredo Vega como alcalde y la felicitación efusiva de los concejales (los dimisionarios y los que resisten). También de la militancia desplazada, de los técnicos de la casa y la familia del nuevo primer edil. Fue el único momento de la noche en que se vio sonreír a Vega, a quien el peso de la responsabilidad parece no haberle dejado disfrutar del momento.